Alwaght- La sexta ronda de las conversaciones de paz sobre Siria se reanuda este martes bajo los auspicios de las Naciones Unidas en la ciudad suiza de Ginebra.
Las cinco rondas anteriores de las negociaciones mediadas por las Naciones Unidas en Ginebra reunieron a representantes del Gobierno de Damasco y grupos de oposición, pero no lograron resultados concretos. Esta nueva ronda también se celebra sin grandes esperanzas, según varias fuentes.
Esto se produce mientras que las partes en conflicto de Siria también asistieron a cuatro rondas de conversaciones de paz patrocinadas por Rusia, Irán y Turquía, en Astaná, capital kazaja.
Durante las conversaciones de Astaná, Rusia, Irán y Turquía acordaron crear cuatro zonas de desescalada en Siria para reducir drásticamente los combates en el país.
En una conferencia de prensa celebrada el lunes en Ginebra, el enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, destacó que las conversaciones de Ginebra se desarrollaban “en conjunto” con las de Astaná.
De Mistura también declaró que el envío de una delegación a Ginebra demuestra el interés del presidente sirio Bashar al-Asad en encontrar una solución política a la crisis siria.
Además aseveró que la última ronda de las conversaciones de Ginebra los participantes se pusieron de acuerdo para debatir cuatro temas: la gobernanza, una nueva Constitución, las elecciones y la lucha contra el terrorismo.
“La reunión de Astaná, en la que participamos activamente, dio resultados muy prometedores. Queremos vincular esos resultados con el horizonte político" que se negocia en Ginebra, añadió.
Por su parte, el jefe negociador del Alto Comité de Negociaciones de la Oposición Siria, Riad Hiyab, respaldado por Arabia Saudí, ha expresado su esperanza de que, durante la nueva ronda de conversaciones, el equipo de las Naciones Unidas disponga de un mejor plan de trabajo para iniciar debates en profundidad sobre la transición política en Siria en estos nuevos diálogos que durarán cuatro días.
La crisis en Siria, iniciada desde 2011, ha dejado 280 mil personas muertas y ha obligado a la mitad de la población a huir de sus hogares. Por el momento, han fracasado los múltiples intentos de poner fin al conflicto.