Grandes compañías como Just Eat apuestan por estos aparatos semiautónomos que ya se han probado en 58 ciudades del mundo.
"Hay un robot en la puerta esperándole". Ese es el mensaje de texto que recibió en su móvil Simone, una ciudadana del barrio de Greenwich en Londres, el 1 de diciembre. Había pedido comida a domicilio en un local turco cercano a su casa a través de la aplicación de Just Eat. La sorpresa llegó a la hora de recibir el encargo: se había convertido en la primera persona del mundo en recibir un paquete "de manos" de un robot. "No me lo podía creer cuando abrí la puerta y lo vi esperando para saludarme. Parecía todo salido de una película", reconoció la mujer. Una situación que todavía hoy parece de ciencia ficción, pero que está cada vez más cerca de convertirse en habitual.
Los 65 robots de reparto de la empresa Starship Technologies se han probado ya en 58 ciudades (40 de ellas en Europa) de 16 países del mundo, se han cruzado con más de dos millones de personas y han recorrido alrededor de 12.000 kilómetros. "Todo sin incidentes", presume Allan Martinson, director de operaciones de esta empresa estonia que ha sido creada por dos de los cofundadores de Skype.
Estos aparatos eléctricos miden alrededor de 40 centímetros de alto, tienen seis ruedas y están equipados prácticamente con el mismo tipo de tecnología que los coches sin conductor. Tienen nueve cámaras, dos canales de audios, sensores de movimiento, una señal GPS y un sistema de mapeado. Son prácticamente autónomos, pero tienen operadores remotos que pueden tomar el control en cualquier momento. "Los estamos probando bajo control humano. Necesitamos avanzar más para llegar a una capacidad de autoconducción perfecta", explica Martinson.
Just Eat, la compañía más grande Europa de reparto de comida a domicilio, ha sido la primera empresa en apostar por esta nueva tecnología. Anunció ya en julio su colaboración con Starship Technologies y después de cinco meses de "exhaustivas pruebas", en diciembre ha empezado a hacer los primeros repartos en el barrio de Greenwich. En 2017 pretenden ampliar su uso a todo Londres y su objetivo final es "tener una flota de robots en múltiples vecindarios de Gran Bretaña".
En paralelo, pero colaborando también con la empresa europea, la ciudad de Redwood City en California (EE UU) tendrá una flota de 20 robots a principios de 2017 encargándose de la entrega de comida a domicilio o de libros de la biblioteca. Este plan forma parte de un proyecto piloto de nueve meses entre la ciudad y Starship Tecnologies, que también se a realizar en Washington D.C. "En el futuro, habrá miles y miles de robots en miles de ciudades de todo el mundo haciendo repartos por un dólar o menos", considera Henry Harris-Burland, portavoz de Starship.
Pedir un robot vía 'app'
En el caso de los robots de Just Eat el proceso de reparto es igual de sencillo que con un operador humano. El cliente pide la comida vía app y la recibe en su puerta. El pago se realiza a través de la aplicación. Para poder sacar el paquete, el usuario recibe un código por mensaje de texto con el que se desbloquea la tapa del carrito. "Mi única duda era si debía o no darle propina", dijo Simone.
No es posible pedir que sea uno de los robots quien lleve la comida, pero los clientes sí son avisados de que van a ser uno de estos aparatos el encargado de hacer el reparto. Lo que deja la puerta abierta a negativas de usuarios.
Pueden llevar hasta 10 kilogramos o tres bolsas de la compra a una velocidad máxima de 6 kilómetros por hora, similar al paso humano ya que todo el trayecto lo cubren por las aceras (con una bandera amarilla o roja para hacerlos más visibles). El objetivo es que cubran un radio de tres a cinco kilómetros, lo que les puede llevar entre 15 y 30 minutos, más de lo que tarde actualmente un reparto en moto o bicicleta y similar al tiempo que ha propuesto Amazon para sus drones. El aparato tarda en llegar al restaurante del que sale el pedido, supuestamente el tiempo que tarda este en ser preparado.
Una de las preocupaciones iniciales era cómo iba a reaccionar el público con los robots. Pero los creadores de la compañía han asegurado que lo "más sorprendente" ha sido la "falta de reacción", aunque a los niños les encanta "tratan de cazarlo y abrazarlo, uno incluso trato de darle de comer una banana". Aunque todavía no se han tenido que enfrentar a ningún caso de vandalismo, el robot incorpora una alarma en el caso de que alguien intentara llevárselo.
Otras compañías interesadas
Aunque Starship ha sido la primera compañía en lanzar estos productos al mercado, hay otra media docena de empresas interesadas en la creación de estos robots de reparto. Una de ellas es TeleRetail, una empresa especializada en transporte autónomo localizada en Suiza, cuyo objetivo es "reducir la huella ecológica que deja el sistema de transporte actual y ahorrar miles de millones de horas" a sus usuarios. Cuenta ya con aplicación móvil en iOS y Android y pretende ahorrar al menos un 50% de los costes de reparto actuales.
Estos robots son una prueba más de que el concepto de entrega a domicilio está cambiando. Pretenden consolidarse como una alternativa a iniciativas como la de Amazon y la entrega por drones, que completó esta semana su primer reparto, también en Reino Unido.
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