Por un lado, los críticos de Ansarolá informaron que Al-Houthi tenía la intención de interrumpir la navegación en el mar Rojo, cerrando el estrecho de Bab el Mandeb, que se encuentra entre Yemen y Yibuti. Por el otro, los partidarios del este movimiento hablaron que el plan de Ansarolá consistía en avanzar en el suelo saudí y dominar las zonas de Nayran, Jizan y Asir.
Algunos medios de comunicación y analistas dudan de la capacidad de Ansarolá para dominar las zonas sureñas de Arabia Saudí y piensan que las intenciones de Al-Houthi son solo una amenaza vacía. A pesar de lo mencionado, los acontecimientos ocurridos la semana pasada en las zonas fronterizas demuestran que Ansarolá está determinado a poner en práctica “las opciones estratégicas”.
El disparo de un misil Scud, la caída de un helicóptero Apache saudí en Jizan por las balas de misiles tierra-aire, la destrucción de tanques y vehículos blindados, la toma de control de un parte del territorio saudí y la muerte del comandante saudí de la brigada 18, el general Abdul Rahman bin Saad al-Shahrani, se consideran solo una parte de la intensificación de los ataques de las fuerzas yemeníes en el sur de Arabia Saudí que da más credibilidad a las amenazas de Ansarolá y sus aliados.
Ansarolá ha aumentado el número de sus ataques en las zonas fronterizas norteñas algunos días después de que se viera obligado a retirarse del sur de Yemen en una decisión táctica. Simultáneamente Ansarolá declaró que las fuerzas yemeníes se retiraban del sur con el fin de concentrarse en las zonas norteñas y aumentar la presión sobre los saudíes en su territorio. La dominación de Ansarolá sobre las regiones sureñas de Arabia Saudí no solo revela la debilitad militar del ejército Saudí y un enorme fracaso de Riad, sino que resucita el caso de la invasión árabe en 1934.
Nayran, Jizan y Asir pertenecieron al territorio yemení pero, en 1934, fueron invadidos por Arabia Saudí y anexados al suelo árabe. Desde entonces, ninguno de los gobiernos yemeníes fue capaz de retomar el control de dichas zonas pero es posible que los ataques recientes de Ansarolá reabran el caso. El periódico libanés Alakhbar escribió: “La mayor desventaja geopolítica de esta guerra para Arabia Saudí es la liberación de provincias yemeníes”. Haykal Bafana, analista yemení y crítico de políticas de Ansarolá, escribió en su página en Twitter: “la situación empeora para Riad, el mundo va a descubrir la verdad: los saudíes son extranjeros en Jizan, Nayran e Asir”.
Una de las razones de los éxitos de Ansarolá y comités populares en su avance en el sur de Arabia Saudí tiene raíz en que las tribus zaidíes e ismaelíes de origen yemení, que forman la mayoría de los habitantes de las zonas ocupadas, tienen algo en común con Ansarolá. Según los informes, después de la invasión árabe, las tribus han formado un movimiento llamado “Movimiento de liberación de las provincias Jizan, Nayran y Asir” que actualmente asiste a Ansarolá. Haykal, sobre la muerte del comandante saudí en su página Twitter menciona: “Por lo que yo sé, esta es la primera vez que los locales (ciudadanos saudíes, pero de origen yemení) se han unido a las fuerzas yemeníes”. Recientemente, las unidades de la Guardia Republicana han declarado: “Pronto van a escuchar noticias de victorias sorprendentes de las fuerzas yemeníes en sus ataques en Nayran que asombrarán al mundo”. Al parecer, Ansarolá está resuelto a liberar las zonas norteñas ocupadas de Yemen lo que sin duda será considerado un enorme fracaso para los saudíes.