Alwaght- El Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) ha acusado este martes al Gobierno de Myanmar de cometer crímenes contra la humanidad por violencias contra los musulmanes rohingyas en este país.
Por lo tanto, el HRW ha instado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) a imponer sanciones y un embargo de armas contra Myanmar (Birmania).
Hasta el momento, el portavoz del Gobierno birmano no ha comentado al respecto; mientras tanto, Myanmar ha rechazado las acusaciones de las Naciones Unidas de que sus fuerzas están dedicadas a la limpieza étnica contra los musulmanes rohingyas.
“El Ejército birmano está expulsando brutalmente a los rohingyas del norte del estado de Rajine”, ha declarado James Ross, director legal y de políticas de HRW. “Las masacres de aldeanos y los incendios en masa que llevan a la gente de sus hogares son todos crímenes contra la humanidad”, ha aseverado.
El Consejo de seguridad tiene previsto celebrar una sesión este jueves para debatir la crisis en este país y los crímenes cometidos contra esta etnia musulmana.
Al menos 400 personas han muerto en Rajine desde que el Ejército birmano intensificó la represión militar contra los rohingyas en las últimas semanas, convirtiéndola en la peor ola de violencia contra la minoría perseguida en décadas, según cifras oficiales.
Rajine, el hogar de un gran número de musulmanes rohingyas, que ha sido escenario de violencia comunal a manos de extremistas budistas desde 2012.
El Gobierno birmano niega la plena ciudadanía a la población de 1,1 millones de habitantes rohingyas y los considera como inmigrantes indocumentados de Bangladés. Sin embargo, muchos creen que los rohingyas son una comunidad de antiguo linaje en Myanmar.