Alwaght- En México, los familiares de los 42 presuntos delincuentes que murieron en un sangriento operativo antidrogas en Michoacán, dudan la versión oficial sobre los hechos.
Los familiares se agruparon a los Servicios Médico en la capital de Michoacán para entregar los cadáveres de sus queridos. Argumentan que las fotos publicadas por las prensas, se ven cuerpos "destrozados, calcinados" y algunos sin camisetas ni zapatos y al lado de armas largas.
Erika Eunice Hurtado, hermana de uno de los abatidos, asegura que cuando estaba dando su declaración para solicitar el cuerpo de su hermano, "agentes de la policía federal a espaldas mía se estaban burlando, estaban diciendo que los agarraron como pajaritos en su nido".
El Comisionado Nacional de seguridad dijo que las numerosas bajas en el bando de los presuntos narcos se debieron al buen entrenamiento y equipamiento de las fuerzas federales, pero el desigual balance de muertos entre bandos generó dudas entre analistas de seguridad.
El exagente de inteligencia Alejandro Hope dijo que el gobierno debe demostrar que no se trata de otro caso de ejecuciones extrajudiciales como el de Tlatlaya, presentado hace un año por el Ejército inicialmente como un enfrentamiento en el que hubo 22 presuntos secuestradores muertos y ninguna baja militar, pero del que se acabó sabiendo que la mayoría de los delincuentes fueron ejecutados tras haberse rendido.
Los familiares acusan a las autoridades de haber cometido una "masacre". 42 civiles fueron abatidos el viernes en un operativo de las fuerzas federales en un rancho de Tanhuato, fronterizo con el estado de Jalisco, en el que también murió un policía federal. La policía los calificó en su mayoría como criminales.