El gobierno brasileño prevé que el mercado de exportación de carne pierda unos 1.500 millones de dólares anuales debido a la operación policial que destapó un esquema de adulteración de estos alimentos y que provocó la suspensión de las importaciones en varios países compradores.
Según datos del ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios, Brasil exportó en 2016 un total de 13.490 millones de dólares en carnes a 137 países, lo que supone una cuota del 6,7% en el mercado mundial de este sector.
Antes de las previsiones de Maggi el ministerio ya informó más temprano el miércoles que los efectos de la operación policial contra la carne adulterada ya se están notando, ya que se pasó de exportar una media diaria de casi 63 millones de dólares según el promedio de marzo a los apenas 74.000 dólares registrados el martes.
Países como China, Hong Kong —los principales compradores—, Chile, Egipto, Japón, México, Sudáfrica y Suiza, así como la Unión Europea, anunciaron en los últimos días barreras a la importación de carne procedente de Brasil en diferentes grados.
El ministro aseguró en el Senado que espera que la mayoría de países veten únicamente la carne procedente de las 21 plantas frigoríficas investigadas.
"Si nos quedamos en eso sería el mejor de los mundos", aseguró.
También admitió que el golpe que supone este escándalo para las exportaciones acabará con los planes de Brasil de llegar al 10% del mercado mundial de carnes en un plazo de cinco años.
La operación de la policía brasileña denominada "Carne Fraca" ("carne débil", en portugués) reveló que diversas empresas del sector, como JBS y BRF —las más importantes— adulteraban la carne con ácidos en niveles superiores a la normativa e inyectaban agua en pollos para aumentar su peso de forma artificial, entre otras presuntas irregularidades.
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