Alwaght- La reunión de Astaná se celebró para poner fin a la crisis siria y crear una nueva Siria, pero de ahí que las partes del conflicto sirio y sus patrocinadores tienen profundas diferencias, hay serias dudas de que los diálogos en Kazajistán tengan buenos resultados. Hay puntos que ayuda a entender a fondo la crisis siria y analizar las conversaciones en Astaná.
1. Los diálogos en Astaná son considerados como una nueva iniciativa ya que anteriormente Turquía, como uno de los principales patrocinadores de los grupos armados, no aceptaba conversaciones en las que participe el Gobierno sirio. Los grupos armados tampoco participaban previamente en las negociaciones con el Gobierno y ahora su presencia en Kazajistán muestra que han abandonado sus posturas anteriores. Además, las rondas anteriores de las negociaciones se celebraron con la presencia de un representante de la ONU sin el visto bueno al gobierno de Damasco, mientras estas últimas conversaciones se desarrollaron a base del reconocimiento al mismo.
2. Las negociaciones en Astaná son el resultado de la victoria de las fuerzas del Eje de la Resistencia en Alepo. Las tropas sirias luchaban en Alepo contra Frente Al-Nusra como uno de los grupos armados más poderosos. Según las confesiones de uno de los comandantes de este grupo, Arabia Saudí, Catar y Turquía no escatimaron ningún esfuerzo para evitar la pérdida del control de Alepo. Catar gastó 40 millones de dólares en los últimos dos meses de combates. Teniendo en cuenta el fracaso en Alepo, los grupos armados ya saben bien que no pueden derrotar al Ejército sirio sobre en el campo de la batalla y que deben sentarse a la mesa de diálogos. Aunque todos los grupos armados no se han unido al proceso político, pero la participación de algunas de estas bandas en los diálogos es motivo de decepción de los grupos terroristas como Al-Nusra.
3. En las conversaciones de Astaná, participaron solamente 14 de los casi 300 grupos armados. Sin embargo el poder de estos grupos equivale un 20 por ciento de la oposición armada. Estas bandas, bajo el nombre de “Yeish al-Islam” y el liderazgo de Mohamad Alush, intentaban limitar los diálogos a la prolongación de la tregua y la ayuda a los grupos armados bajo el asedio. Los grupos armados estaban bajo la presión de Frente Al-Nusra para plantear demandas excesivas durante las negociaciones.
4. La postura de Turquía y su presencia en los diálogos de Astaná es de suma importancia. Anteriormente, Turquía exigía la salida de Al-Asad del poder, mientras ahora este país incita a los grupos armados a asistir a una reunión que, según Frente Al-Nusra, ratifica indirectamente la aceptación de la permanencia de Al-Asad en el poder. Ankara, para probar que su decisión de participar en las conversaciones de Astaná se produjo en posición de fuerza, lanzó una propaganda para mostrar que Irán se oponía a la reunión de Kazajistán. Ahora se plantea una pregunta: ¿La participación de Turquía en Astaná significa un giro en la postura de Erdogan o se debe a que Ankara busca mantener su liderazgo al frente de los grupos armados tras el fracaso en Alepo? En respuesta hay que referirse a las consecuencias de las posturas anteriores de Ankara respecto a la crisis siria. El vicepremier turco admitió en una ocasión que las políticas turcas respecto a Siria han sido erróneas y señaló que “el sufrimiento de Turquía se debe a la crisis siria”. Esos comentarios muestran el arrepentimiento de las autoridades turcas sobre sus políticas respecto a Siria. Aunque Turquía todavía sigue apoyando y armando a la oposición, poco a poco sus autoridades se verán obligados a reconsiderar sus políticas y abogar por soluciones políticas.
5. En el proceso político entre el gobierno y la oposición, aparentemente Arabia Saudí y Catar no ejercen un papel relevante. Sin embargo, la verdad es que debido a los vínculos que existen entre Catar y el Partido de Justicia y Desarrollo de Turquía y la dependencia financiera de los grupos como Yeish Al-hor -que asistió a los diálogos en Astaná- indican que Catar está al lado de Turquía y los terroristas. Arabia Saudí también ejerció su influencia en las negociaciones de Astaná a través del líder de Yeish al-Islam, Mohamad Alush, cuyo grupo ha recibido el apoyo de Riad. No obstante, Arabia Saudí no quiere revelar su participación en el proceso político de Siria para no arriesgar sus relaciones con los grupos como Frente Al-Nusra.
A pesar de que el nuevo proceso político de paz ha aumentado las esperanzas para la solución de la crisis siria, Estados Unidos, Francia y la ONU quieren presionar a las partes involucradas en las negociaciones en Astaná para llevar esos diálogos a un callejón sin salida. En este sentido, los países occidentales se esforzaron para entorpecer el papel de Teherán en los diálogos de Astaná, sin conseguir por el momento este objetivo.