En un país como Islandia, en el que los asesinatos son extremadamente raros, el hallazgo en una playa del cadáver de Birna Brjánsdóttir, una mujer de 20 años que llevaba ocho días desaparecida, ha conmocionado a sus ciudadanos.
“De momento no se ha podido determinar la causa de la muerte”, ha dicho un portavoz de la policía después de que los 725 voluntarios que peinaron Reikiavik —la mayor operación de rastreo y rescate en la historia del país, según la prensa local— hallasen el cuerpo en una playa al sur de la capital. Islandia, de unos 330.000 habitantes, sigue con fascinación las noticias sobre el caso de Brjánsdóttir. No es extraño en un país donde la tasa de asesinatos es de 1,8 al año desde 2001.
Tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Brjánsdóttir, dos marineros groenlandeses han sido detenidos y se encuentran en régimen de aislamiento, según los medios locales. Serán interrogados este lunes y de momento han negado cualquier implicación en la desaparición de la joven. Por ahora no hay pruebas concluyentes de ellos hayan sido los asesinos de la mujer aunque sí se han encontrado “evidencias forenses” de que Brjánsdóttir estuvo en el interior de un coche rojo (un Kia Rio) que los dos detenidos alquilaron en la capital islandesa.
El caso arranca el pasado 14 de enero, cuando la joven, de pelo castaño casi pelirrojo, fue vista en una zona de bares cerca del puerto de Reikiavik. Poco antes de que su rastro se perdiera, Birna Brjánsdóttir —que vestía pantalones negros, chaqueta con capucha y botas Doctor Martens negras— fue captada por una cámara de videovigilancia callejera: iba tropezando por las calles nevadas mientras se acercaba a un establecimiento a comprar un kebab. Apenas podía sostenerse en pie. El vídeo marca las cinco de la mañana.
Su último rastro fueron sus zapatos, encontrados en el puerto de Hafnarfjordur, al sur de Reykjavik, no lejos del muelle donde un barco de pesca groenlandés, el Nanoq Polar, había amarrado esa misma noche. Estaban muy cerca de un coche rojo y pequeño, el mismo en el que las autoridades han encontrado muestras de sangre que, según adivina la prensa, podría ser de la fallecida.
Desde aquella noche, la joven estaba desaparecida. El barco, por su lado, había zarpado, pero fue obligado a volver por la policía islandesa. Ya en puerto, los marineros reconocieron que habían alquilado un coche rojo (como el que aparece en uno de los vídeos), en cuyo interior han sido hallados restos de sangre, según las autoridades.
Islandia tiene una de las tasas de crímenes y homicidios más bajas del planeta e incluso los policías patrullan desarmados por las calles. De hecho, las fuerzas de seguridad islandesas causaron su primera muerte en diciembre de 2013, durante un tiroteo.
La mayoría de los asesinatos en este país están relacionados con la violencia de género, el consumo elevado de alcohol y los problemas mentales. El año más luctuoso en Islandia fue 2002, con cuatro asesinatos, pero ha habido años (2003, 2006 o 2008) en los que no ha habido ninguno.
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