Un comportamiento parecido al que refleja la serie Walking Dead, aunque no se atacan entre ellos.
De sufridos roedores a ratones que arremeten contra casi todo lo que encuentran en su camino, y lo muerden como si quisieran matarlo. Un comportamiento parecido al que refleja la serie Walking Dead, aunque en este caso, los ratones no atacan a sus congéneres. El trabajo lo publica la revista "Cell"
La aparición de mandíbulas articuladas fue un hito muy importante en la evolución de las vertebrados. Hizo posible el paso de una alimentación pasiva a otra activa. Permitió que los animales con potentes mandíbulas pudiera cazar y colocó a los predadores en la cúspide de la cadena alimentaria.
Esta transformación morfológica que hizo posible el dominio de los predadores, necesitó el desarrollo de redes neuronales "de última generación", capaces de coordinar los sistemas que mueven los músculos de las mandíbulas con los que permiten perseguir a las presas.
Además de una búsqueda activa de las presas y su persecución a la carrera, también es fundamental el control coordinado de la musculatura cervical y mandibular para morder a la presa, una vez alcanzada, de forma precisa y letal.
Investigadores de la Universidad de Yale han encontrado dos grupos de neuronas que regulan de forma coordinada estos dos comportamientos. Mediante optogenética, una técnica que permite activar y desactivar grupos de neuronas con luz láser, han logrado que los ratones sean más feroces en sus ataques.
El interruptor de la caza, según este estudio, estaría situado en la amígdala, una estructura cerebral implicada en las emociones y la respuesta de lucha o huida. En el centro de esta estructura con forma de almendra hay dos grupos de neuronas. Una induce a perseguir a las presas y saltar sobre ellas. El segundo permite utilizar los músculos de la mandíbula y del cuello para morder y matar.
Cuando la luz láser estaba apagada, los ratones se comportaban de forma normal. Pero al encenderla, estas neuronas se activaban y los ratones se transformaban, saltando sobre lo que encontraban en su camino y mordiéndolo, incluyendo tapones y palos. Un comportamiento parecido al de los "caminantes" de la famosa serie "Walking Dead", que ya va por su octava temporada.
Aunque la analogía con Walking Dead es sólo relativa, aclara Iván de Araujo, el autor principal de este estudio. No se producían ataques a otros ratones de la jaula. Sin embargo, el hambre sí afectaba el comportamiento depredador, cuando el láser activaba las neuronas. Los ratones hambrientos agarraban con mucha más fuerza la presa durante la estimulación con láser de sus neuronas de la caza, que los que no tenían hambre. "El sistema no sólo generalizó la agresión", dice de Araujo. "Parece estar relacionado con el interés del animal en la obtención de alimentos."
"Al activar esas neuronas con láser, el ratón saltaba sobre un objeto, lo mantenía presionado con sus patas e intentaba morderlo con fuerza, como si estuviera tratando de capturar y matar una presa", Explica De Araujo Profesor Asociado de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Yale.
Los investigadores también produjeron lesiones en cada uno de los dos grupos de neuronas para ver qué ocurría. Y vieron que si lesionaban las neuronas asociadas a morder y matar, los animales podían perseguir a la presa, pero no pudieron asestarle el mordisco letal. La fuerza de la mordedura de la mandíbula se reducía en un 50 por ciento como consecuencia de la lesión.
"En la naturaleza, la caza depredadora se basa en comportamientos muy complejos que son comunes a la mayoría de los vertebrados con mandíbulas, incluidos los humanos. Este comportamiento ha jugado un papel evolutivamente importante en la formación del cerebro", explica De Araujo.
abc