Advierten los expertos de que la gripe llega más temprano este año y con mucha fuerza, por lo que es importante tomar todas las precauciones posibles para prevenirla y atenuar sus efectos.
La gripe afecta cada año al 10% de la población, pero en años de epidemia puede llegar al 30%. Los síntomas: fiebre, dolor de garganta, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga, dolores musculares, pérdida de apetito... Una buena medida de prevención es vacunarse, pero si se nos ha pasado la fecha (la vacuna se suele poner en otoño) existen otras medidas caseras que nos ayudarán a bloquear en lo posible los virus de la influenza. Por ejemplo: extremar la higiene. Lavarse las manos a menudo dificulta que los virus entren en contacto con nuestras mucosas (ojos, boca) si hemos entrado en contacto con superficies potencialmente contaminadas. Los expertos recomiendan lavarse las manos con agua y jabón al menos cinco veces al día durante al menos 20 segundos.
Huir de aglomeraciones y espacios cerrados asegura menos probabilidades de contraer una gripe, razón por la cual es recomendable que al menor síntoma de enfermedad los empleados no acudan a sus oficinas: una sola persona infectada puede contagiar a la mitad de sus compañeros en menos de cuatro horas. De hecho, un estudio realizado en 2015 por el área de Medicina del Trabajo de Prevención Fremap concluyó que el 35% de los contagios se produce en las oficinas. Obligatorio limpiar y ventilar los espacios laborales y la casa al menos tres veces al día, aspirar en vez de barrer y limpiar el polvo con trapos húmedos, nunca secos.
Otras medidas que también inciden, aunque menos que las anteriores, tienen que ver con la humedad en el ambiente y en el aparato respiratorio. A los virus les gusta el frío y la sequedad, por lo que una temperatura gélida y, por ejemplo, la faringe de un fumador, mucho ´mas reseca, capture muchos más virus que se manifiestan más agresivamente. Beber mucha agua y mantener cierta humedad relativa inactiva la gripe. Beber mucho, infusiones, agua, zumos, ayuda a eliminar secreciones y previene el agarre del virus.
Sintomáticamente, el clásico consejo de las abuelas que recomienda ingerir vitamina C para prevenir la enfermedad no tiene muchos visos de efectividad: ayuda alimentarse bien y tener un sistema inmunológico fuerte, pero ninguna vitamina logrará que esquivemos la enfermedad.
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