Al-Waght- Antes
del comienzo de las evoluciones de la región, Catar trataba de jugar el papel
de mediador para equilibrar los conflictos como la crisis política entre chiíes
y suníes de El Líbano o la crisis de Darfur en Sudán. Dicha política ha
generado diferentes resultados como la inauguración de las bases grandes de
EE.UU. en Catar y la oficina de Talibán en Doha o apoyar a Hamás y formar
buenas relaciones con Irán.
Un pequeño país como Catar se ha convertido en una
encrucijada para las evoluciones regionales en la mayor parte gracias a su
capacidad económica. Catar disfruta de la tercera reserva de gas natural más
grande del mundo y debido a los ingresos enormes de exportar Gas Natural
Líquido (GNL) está entre los países más ricos del mundo. En realidad, Catar ha
tratado de influir en los eventos ocurridos en los países árabes y ha intentado
parecer como una potencia regional utilizando los ingresos de gas, la cadena
al-Yazira u organizaciones como ¨la Liga Árabe (LA)¨, este última ha preparado
un conjunto de herramientas leves y duras para los responsables de la política
exterior de este país.
Cabe mencionar que después del inicio de las evoluciones
regionales hasta el momento actual, Catar ha ignorado su papel relativamente
neutral y ha tomado una política activa y agresiva para apoyar a las fuerzas
encargadas de crear caos. Dicho enfoque fue criticado por los institutos
seculares árabes y por los chiíes bareiníes y libaneses. Además, el apoyo claro
de Doha a los opositores de Bashar al-Asad, ha debilitado los nexos buenos de
este país con Irán, lazos que a veces creía la oportunidad de equilibrar y
resolver los asuntos problemático con Arabia Saudí para Catar.
A pesar de que el Gobierno catarí ha respaldado la
oposición en Túnez, Libia, Egipto y Siria, no ha hecho lo mismo para los
protestantes bareiníes ya que por un lado, los chiíes forman la mayoría del
movimiento opositor en este país y por otro, Catar tiene los mismos temores que
Arabia Saudí, así que está preocupada por el establecimiento de cualquier
cambio en una de las Monarquías del Golfo pérsico porque cada transformación en
uno de dichos países puede afectar a otros regímenes monárquicos de la región.
En otras palabras, la rivalidad entre chiíes y suníes, el miedo de la creciente
influencia iraní en la región y el temor de la formación de demandas por la
democracia en Catar pueden ser considerados como motivos de la postura tomada
por el liderazgo catarí en Baréin, que apoya a su régimen cerrado y
desequilibrado y prefiere reprimir las protestas de los chiíes bareiníes al
contrario de su enfoque respecto a la oposición de Libia y Siria.
Mientras tanto, el papel activo actualmente desempeñado
por Catar en la región aparentemente tiene algo que ver con el debilitamiento
de las potencias principales del mundo árabe. Egipto está envuelto en las
crisis políticas y Arabia Saudí está tan mal visto que no puede jugar un papel
activo y aceptable en las evoluciones de modo evidente.
Por supuesto, Arabia Saudí ha tomado posturas
relativamente parecidas a Catar y su prioridad política incluye el apoyo a las
fuerzas extremistas. Puede decirse, que Riad participa en las recientes
turbulencias regionales debido a la intensa competencia con Irán y la reducción
de su influencia en Oriente Medio. Cabe añadir, que debido al sistema político
cerrado y la imagen impopular del régimen saudí en la región, al contrario de
Catar, Arabia Saudí trata de perseguir sus políticas, como ayudas
multilaterales para derrocar el Gobierno sirio, a través de otros países u
organizaciones como la LA.
A lo largo de su existencia, la LA ha jugado un papel
periférico y poco eficaz en las evoluciones de países árabes, y ahora la
posición de Arabia Saudí y Catar ha fortalecido a esta organización debido a la
ausencia de Egipto y el derrocamiento de Gadafi. Así que, Doha y Riad están
tratando de realizar sus planes a través de la LA e intentan convertirlo en un
símbolo de ¨tomar decisiones colectivas por los árabes¨ en la escena
internacional.
Como consecuencia, puede decirse que los cataríes
imaginan que la crisis siria ha llegado a un punto muerto así que, están
haciendo todo lo posible para alcanzar sus objetivos, pero lo importante es que
insistir en el desarrollo de políticas unilaterales y agresivas por parte de
Doha continuará con la tensión en la región y será un fracaso en los planes de
Catar como un actor activo en Oriente Medio.