Al-Waght- El modelo de conflictos entre el movimiento de Hezbolá de El Líbano y el
régimen de Israel, desde la función del Movimiento de Resistencia Islámica de
El Líbano a principios de la década de los 80 hasta el momento ha experimentado
varios cambios. Tras el fin de la guerra civil en El Líbano el modelo del
conflicto entre Hezbolá y el régimen israelí se convirtió en una guerra abierta
en un conflicto controlado, el cual se concentraba en la región ocupada por el
régimen de Tel Aviv. Luego de dos graves conflictos entre las partes en la
década de los 90, la forma de choques se basó en la abstención mutua y la
reacción a cualquier acto de manera bilateral.
Este
modelo también desapareció después del inicio de la guerra de 34 días, en el
verano de 2006, sustituyéndose por una disuasión bilateral, razón por la cual
las fronteras sureñas de El Líbano durante los últimos años han estado más
tranquilas que nunca. Las partes ya evitan nuevas tensiones puesto que
probablemente el siguiente conflicto militar será más devastador y amplio, pero
al mismo tiempo, ambos se preparan para una guerra al más alto
nivel.
Tras
la crisis siria, Israel declarando que detendría el paso de las armas avanzadas
a Hezbolá de El Líbano intentó poner en juego nuevas
coordenadas y en esta misma línea realizó varios
ataques dentro del suelo sirio que según el informe de los medios, los
objetivos israelíes fueron las armas destinadas a El Líbano. Pero ninguna parte
confirmó esos informes, para quedarse intacto el modelo planeado en 2006.
Mientras
tanto, tras intensificarse la crisis siria y ampliar la presencia de Hezbolá en
este país, el régimen de Israel intentó imponer a Hezbolá su propia regla de
juego, y el pasado 24 de febrero, por primera vez desde 2006, apuntó a un
centro militar dependiente a Hezbolá en suelo libanés. Los analistas israelíes
creían que la presencia masiva de Hezbolá en la guerra de Siria y los desafíos
a los cuales se enfrentaba el norte de El Líbano, resultarían en que Hezbolá se
abstuviera de responder a ese ataque limitado de Israel.
Al
principio, Hezbolá rechazó ese ataque pero muy pronto cambió las posturas
tomadas y además de confirmar el ataque de su enemigo declaró que lo
respondería. Casi tres semanas después de esta comunicación la detonación de
una bomba colocada al borde de una carretera cerca de las granjas de Shaba'a
dejó cuatro militares israelíes heridos. La explosión fue la primera tensión en
la región desde que se acabó la guerra en 2006. La misiva de ese atentado para
el régimen sionista fue “Hezbolá nunca permitirá que las reglas del juego se
cambien, entonces ningún ataque israelí quedará sin respuesta”.
Mientras
tanto, respecto al último ataque del régimen israelí al sur de Siria qué acabó
con la vida de varios miembros de alto rango de Hezbolá, si se queda sin
respuesta, podría cambiar las reglas del juego a favor de Israel, hecho que
según el movimiento libanés nunca será posible, por tanto los analistas, e
incluso las autoridades israelíes, están seguros de que Hezbolá responderá la
agresión.