Al-Waght- Durante la Guerra fría, a lo largo de la resistencia contra la invasión de Afganistán por la Unión Soviética y recientemente durante la guerra contra el terrorismo, Paquistán siempre ha sido el aliado de Estados Unidos. En otras palabras, Paquistán fue conocido como un país anticomunista durante la guerra fría y actualmente está siendo preparado para luchar contra el terrorismo.
En realidad, el enfoque estadounidense de dar la responsabilidad a Paquistán para poner fin al terrorismo después del 11 de septiembre es una repetición de las políticas anteriores de Washington. Para ejecutar esta estrategia una gran cantidad de apoyos económicos, asistencias militares y ayudas ocultas eran enviadas a Paquistán. Por un lado, Estados Unidos tiene la intención de deshacerse de la crisis afgana mejorando su relación con Paquistán y por el otro, el gobierno paquistaní trata de reducir la presión y múltiples tensiones creadas por EE.UU. para Islamabad. En este sentido, la Casa Blanca ha concedido cerca de 10 mil millones de dólares a Paquistán después del 11 en septiembre de 2001. Esta cantidad de dinero incluía los presupuestos para apoyar a las coaliciones y a otros sectores. Puede decirse que mientras Estados Unidos continúa con sus numerosos planes de asistencia militar y económica en Paquistán, también busca convencer a Islamabad para cooperar más estrechamente con el país norteamericano contra Al-Qaeda y los talibanes utilizando una diplomacia racional y firme.
Desde 2001, la mayoría de la financiación recibida por Islamabad fue dedicada al sector militar, 5.62 mil millones (57% de 10 mil millones) fue dado al fondo de apoyo a la coalición, 1.8 mil millones (18%) fue enviado a Paquistán bajo el nombre de ayudas de seguridad y casi 1.62 mil millones (16%) se dedicó para el sector económico y para apoyar al presupuesto de este país, finalmente, sólo 9 mil millones (9%) fue utilizado para el desarrollo y ayudas humanitarias. En otras palabras, la mayor parte de dichas financiaciones estuvo dedicada al ejército paquistaní para la guerra contra el terrorismo. También, en el presupuesto del Pentágono para 2009 más de 1,900 millones de dólares y en el presupuesto para 2010 más o menos 2,500 millones fueron determinados para los apoyos militares y de seguridad a Paquistán. El punto final es que el gobierno norteamericano ha anunciado que otorgará 1.5 mil millones de dólares de ayudas económicas y 3 mil millones de ayudas militares al gobierno de Paquistán para que intente erradicar las raíces del fundamentalismo y el poder de los talibanes.
Entonces las políticas aplicadas por Paquistán se consideran como medidas para unirse al frente contra el terrorismo, para mantenerse alejado de la ira de los EE.UU. y para preservar su interés en el sur de Asia. Desafortunadamente dichas medidas no han cambiado las políticas de Islamabad contra el extremismo y no han puesto fin a los apoyos de Paquistán a los Talibanes. En realidad, A pesar de que Paquistán declaró que participará en la coalición de lucha contra el terrorismo, y a pesar de su cooperación con Estados Unidos, todavía los terroristas están activos en sus campos de entrenamiento en suelo paquistaní motivando a los combatientes extremistas para operar contra La India y realizar actos terroristas en Cachemira y Afganistán. También tratan de extender las ideas radicales en el mundo mientras que Islamabad no hace nada especial para detenerlos.
Entonces, puede decirse que después del 11 de septiembre, las relaciones de seguridad entre Estados Unidos y Paquistán fueron formadas bajo la influencia de la mencionada crisis y basadas en la lucha contra el terrorismo. En este sentido, los estadounidenses buscaban reducir la onda del extremismo dando a Paquistán la responsabilidad de luchar contra el terrorismo, así los paquistaníes se unieron al movimiento anti-terrorista para mantener su interés y también por su temor de verse envueltos en un vórtice como Afganistán o Irak. Todo lo mencionado llevó a una serie de altibajos en las relaciones entre ambos países, entonces debido a las consideraciones estratégicas, es posible que Islamabad persiga sus propios intereses y no sea totalmente honesta en el frente anti-terrorista si EE.UU no le acompañe en la tarea. En general, las relaciones de seguridad entre los dos países eran en la mayor parte de modo táctico después del 11 de septiembre así que ahora cada país cumple con sus compromisos o los ignora dependiendo de su interés.