Al-Waght-Hoy en día la influencia del principio de comunicación sobre los acontecimientos internacionales es mucho más importante que antes. Por lo tanto, la diplomacia tradicional no puede tener un papel significativo en vías de garantizar la seguridad nacional de los países, lo que aumenta cada vez más la necesidad de emplear la diplomacia pública.
Por otra parte, después de los atentados acaecidos el 11 de septiembre de 2001 contra las torres gemelas en Nueva York (EE.UU.), ha aumentado de manera considerable la importancia de la diplomacia pública en la política exterior de Estados Unidos. Con el objetivo de justificar los programas de seguridad de vigilancia en EE.UU., así como disminuir los sentimientos antiestadounidenses en otros países del mundo, Washington emplea la diplomacia pública. Este tipo de diplomacia incluye planes para influir en la opinión pública y las cooperaciones universitarias. De hecho, la diplomacia pública utiliza los recursos del poder blando y busca establecer colaboraciones duraderas a fin de allanar el terreno para ejercer las políticas gubernamentales. Cabe mencionar que la eficacia de la diplomacia pública para conseguir los objetivos del poder blando depende de varios temas incluso el uso adecuado de las palabras e imágenes.
Aunque muchos países del mundo confirman la importancia de la diplomacia pública, la evaluación de su éxito es una tarea bastante difícil. Normalmente un gran número de variantes pueden influir en el progreso de la diplomacia pública. Por otra parte, la diplomacia pública persigue objetivos a largo plazo, por lo que sus avances son muy difíciles de estudiar. Actualmente, los sondeos que se llevan cabo con métodos profesionales por las grandes firmas encuestadoras son una vía para evaluar algunos campos de la diplomacia pública. El Departamento de Estado de EE.UU. presta mucha atención a estas encuestas y las utiliza para estimar algunas partes de su fuerza diplomática. Los balances de un sondeo realizado por la encuestadora PEW en junio de 2007, mostraron que un pequeño porcentaje de los ciudadanos de los países occidentales apoyan las políticas y medidas adoptadas por las autoridades de Estados Unidos. Tras la invasión militar liderada por EE.UU. en Irak en el año 2003, cayó de manera considerable el apoyo de los ciudadanos de países occidentales como Canadá, Alemania, Francia, el Reino Unido y España a las autoridades de la Casa Blanca. El destacado investigador francés Pier Hasenrick afirma que “excepto a los países de Europa Oriental, Israel y quizás La India, el sentimiento antiestadounidense es la característica común del mundo de hoy”. El creciente sentimiento antiestadounidense en los países del mundo muestra que el Gobierno de Estados Unidos no concede mucha importancia a la opinión pública. Por lo tanto, en sus relaciones con otros países del mundo, las autoridades estadounidenses tienen que comportarse como ciudadanos diplomáticos en lugar de diplomáticos políticos.
Una diplomacia pública de tener éxito tiene que poseer amplias informaciones sobre las creencias, opiniones y prioridades de los ciudadanos. Según Mark Tessler, una diplomacia pública puede conseguir sus objetivos solo cuando cuente con un buen conocimiento las creencias, puntos de vista y opiniones de los pueblos del mundo. Este conocimiento se logra prestando atención a las raíces de las opiniones e ideas de otros pueblos.