Alwaght- La gestión de las relaciones con China forma una parte importante de la agenda de la política exterior de la Casa Blanca. Durante los últimos años, China ha conseguido una alta posición en la pirámide del poder económico del mundo.
Según las estimaciones publicadas por Bloomberg, en el año 2030, Estados Unidos y China dominarán la economía mundial con un Producto Interior Bruto (PIB) de 24,8 billones y 22,2 billones de dólares, respectivamente. El rápido crecimiento económico de China durante la primera década del nuevo siglo ha convertido a este país en la amenaza principal contra la hegemonía de EEUU.
Por lo tanto, el presidente estadounidense, Barack Obama, ordenó a las autoridades del país enfocarse más en el este de Asia, razón por la cual el propio Obama viajó durante ocho años de su mandato a nueve de los diez países del sureste de Asia.
Obama también planeaba frenar el avance de China a través de aumentar la presencia militar y económica de EEUU cerca de sus fronteras.
Al mismo tiempo, China decidió reforzar su poderío militar en paralelo a sus programas económicos. Por lo tanto, las autoridades chinas decidieron en 2012 extender su territorio en el mar de la China Meridional con la construcción de islas artificiales. Además, China aumentó de forma significativa la producción y exportación de armamentos militares.
Por otra parte, se incrementaron las tensiones entre EEUU y China en medio de las acusaciones mutuas de ciberataques y provocaciones militares.
Entretanto, el presidente electo de EEUU, Donald Trump, parece estar más preocupado por las exportaciones chinas al país norteamericano que el aumento de la influencia de China en el este de Asia.
Trump también ha hablado de la necesidad de aplicar un arancel de 45 por ciento a las importaciones chinas, algo que parece casi imposible en la realidad, ya que los chinos son los principales inversionistas en EEUU y los productores chinos ofrecen los precios más bajos para los consumidores estadounidenses. Por consiguiente, cualquier restricción a las importaciones chinas podría llevar a las autoridades chinas a imponer presiones económicas a Washington.
En realidad, el Gobierno de Estados Unidos está obligado a aceptar a China como una gran potencia a nivel internacional y evitar cualquier presión económica a Pekín.
Por otra parte, las políticas de Trump para disminuir los costos militares de Estados Unidos en el mundo, sobre todo en el este de Asia, allana el camino para que China aumente su influencia militar en la región. Esta política de Trump dejará solos a los aliados de EEUU en el este de Asia, como Corea del Sur, Japón y Hong Kong, por lo que estos países se verán obligados a cooperar con China para garantizar su seguridad.
Además, la negativa del presidente electo de EEUU a continuar el proyecto de “construcción nacional” en otros países podría afectar los intereses de la Casa Blanca en Asia Oriental. Las autoridades de Hong Kong creen que este enfoque dará lugar al aumento de las presiones de China y el fortalecimiento de la influencia de Pekín en esta isla. Si EEUU renuncia a su política de hacer frente al dominio político de China en Hong Kong, Washington perderá un bastión importante cerca de las fronteras de China. Durante el mandato de Obama, EEUU intentaba intensificar su influencia en China a través de fomentar el extremismo islámico en el país asiático.
Bajo estas circunstancias, las políticas de Trump en el futuro podrían acabar con los logros de Washington en el este de Asia durante la última década y crear condiciones en las que la Casa Blanca pierda su influencia en esa región. Mientras tanto, China y Rusia esperan una oportunidad para llenar el vacío creado por la retirada de EEUU de esa zona.
Por eso, algunos expertos creen que incluso si Trump quiere adoptar una postura pasiva respecto a los acontecimientos internacionales para beneficiar la situación económica en EEUU, la estructura política del país norteamericano no permitirá un giro en las relaciones Washington-Pekín y las estrategias de la Casa Blanca respecto a esta región no cambiarán mucho.