Alwaght- El Ejército y el Gobierno de Nigeria siguen cometiendo crímenes contra los chiíes en este país bajo el silencio de la comunidad internacional.
En el caso más reciente, al menos 100 chiíes murieron y cientos más resultaron heridos el lunes después de que las Fuerzas Armadas nigerianas abrieran fuego contra un grupo de seguidores del Movimiento Islámico de Nigeria (IMN, por sus siglas en inglés) que celebraban una manifestación en la ciudad de Kano, ubicada en el norte del país africano.
La policía nigeriana también disparó munición real y gases lacrimógenos contra miles de musulmanes chiíes que participaban en una ceremonia con motivo del Día de Arbain, que marca la culminación de un período de cuarenta días de luto tras el aniversario del martirio del tercer Imam chií, el Imam Husein (la paz sea con él).
De acuerdo con los testigos, docenas de cuerpos fueron esparcidos en el suelo antes de que las fuerzas nigerianas los evacuaran.
La violencia estalló cuando la policía nigeriano trató de dispersar a miles de personas, entre ellas mujeres y niños, que marchaban de Kano a Kaduna para asistir a la ceremonia de duelo.
El ataque se produjo mientras que la Comisión Islámica de Derechos Humanos (CIRH), con sede en Londres, capital británica, había pedido antes al gobierno del presidente Muhammadu Buhari que garantice la seguridad de los seguidores de dicho movimiento islámico durante las conmemoraciones de Arbain.
El Movimiento Islámico de Nigeria ha condenado esta nueva matanza en un comunicado y ha afirmado que el Ejército nigeriano sigue cometiendo crímenes contra los chiíes en este país bajo el silencio de la comunidad internacional.
Por otra parte, el portavoz de la Cancillería de Irán, Bahram Qasemi, ha condenado este ataque y ha declarado que el asesinato brutal de musulmanes en una comunidad religiosa pacífica en Nigeria es inquietante e intolerable.
“El asesinato repetido de musulmanes en una comunidad religiosa, pacífica y libre de intimidación o violencia es preocupante e inaceptable”, ha anunciado Qasemi.
Además instó a las autoridades nigerianas a estar más alerte ante la violencia y la división, así como a tomar medidas serias para prevenir la repetición de crímenes similares.
El pasado mes de octubre asimismo al menos 20 personas murieron y varias otras resultaron heridas cuando las fuerzas nigerianas abrieron fuego contra los chiíes que conmemoraban el día de Ashura, día del martirio del tercer Imam de los chiíes, el Imam Husein (la paz sea con él), y sus acompañantes.
El 13 de diciembre de 2015, los soldados nigerianos irrumpieron en la residencia del líder de IMN, sheij Ibrahim al-Zakzaky, en la ciudad norteña de Zaria y mataron a cerca de 1.000 de sus seguidores, entre ellos a su hijo, y a él lo detuvieron.
Un día antes, los militares nigerianos acabaron con la vida de varios musulmanes chiíes en Zaria, cuando participaban en el funeral de un grupo de personas que habían muerto en un ataque del grupo terrorista Boko Haram en la aldea de Kamuya, en el estado de Borno (noreste).
Posteriormente, el Movimiento Islámico de Nigeria publicó fotografías de 705 personas que se cree que todavía estaban desaparecidos en dichos ataques. Según los grupos de derechos humanos, unas 1.000 personas podrían haber muerto en esa incursión.