Alwaght- La “extrema derecha” es un término para describir los partidos o corrientes nacionalistas que pueden surgir en los países con el sueño de restaurar la grandeza perdida de su nación. Los simpatizantes de estas ideologías se oponen a la entrada de inmigrantes a su país, ya que solo pretenden formar un Estado del bienestar para sus compatriotas.
El auge de estos pensamientos antes de la II Guerra Mundial dio lugar a ideologías radicales como la de Alemania nazi que buscaba una limpieza de sangre y expandir territorios. No obstante, la muerte de más de 50 millones de personas en la guerra mundial no pudo poner fin a las ideologías de extrema derecha. Hoy día, en los países europeos como Suecia, Francia, Dinamarca y el Reino Unido, algunos movimientos de derecha radical han logrado involucrarse en la política e incluso cambiar el rumbo de sus países.
Como consecuencia del aumento de los pensamientos de extrema derecha en el Reino Unido, una mayor parte de la población del país votó a la salida de la Unión Europea (UE). En Francia también el Frente Nacional (FN) se considera actualmente una de las principales corrientes políticas del país y ha logrado hacerse con 25 por ciento de los votos en las elecciones a la Eurocámara. Además, las encuestas muestran que Marine Le Pen, la presidenta del FN, puede presentarse a la segunda ronda de las elecciones presidenciales de 2017.
La victoria de Donald Trump en los comicios presidenciales de Estados Unidos mostró una vez más el resurgimiento de las corrientes de extrema derecha en el mundo.
Lo que atrajo la atención de los ciudadanos europeos a los pensamientos derechistas fue principalmente la crisis económica que azota al continente verde.
Mientras la UE se enfrentaba a una crisis financiera en el año 2008 sobre todo en Grecia, Italia, España y Portugal, un gran número de refugiados inmigraron a Europa desde África y el Oriente Medio. La crisis económica aumentó la tasa de paro de menos de 7% a 11% y esta situación empeoró con el incremento de la inflación y recesión. Estas circunstancias causaron que los ciudadanos europeos consideraran a los inmigrantes como los principales culpables de la crisis, algo que aumentó la popularidad de los lemas de los partidos de derecha radical.
En 2015, más de 250 millones de inmigrantes y 65 millones de desplazados y refugiados fueron registrados en todo el mundo. Entretanto, Europa recibió a 76 millones de inmigrantes. Este asunto, junto a otros factores como la desigualdad y el lento crecimiento económico causó una gran preocupación entre europeos. Como consecuencia los votantes se acercaron a las ideas de los líderes derechistas en esperanza de mejorar la situación actual.
Debido a estas circunstancias, Nigel Farage, líder del partido euro escéptico y anti inmigrante, el Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP, en inglés), logró incitar a los británicos a votar por la salida de su país de la UE en el referéndum del brexit. Farage advertía a los británicos de que la posible adhesión de Turquía a la UE podría iniciar un flujo de inmigrantes al Reino Unido, lo que significaría el aumento del desempleo y la crisis económica.
Antes del triunfo de Trump la extrema derecha europea no había podido acercarse a una importante figura política estadounidense para promover sus objetivos. Al igual que los derechistas europeos, Trump culpa a los inmigrantes de los problemas existentes en su país.
Las declaraciones populistas, que son el principal instrumento de los movimientos de derecha radical, fueron muy bien utilizadas por Trump durante la campaña electoral estadounidense. La victoria de Trump y sus lemas aumentó la esperanza entre los ultraderechistas en Europa, por lo que los líderes de extrema derecha europea fueron los primeros en felicitar al político republicano.
La mayoría de los dirigentes derechistas en Europa cuentan con estrechas relaciones con Trump. Ellos ven a Trump y Putin como las principales figuras del contrapoder y antisistema que pueden ser utilizados para hacer frente a la UE y las élites nacionales de los países miembros de este bloque comunitario.
Por otra parte, algunos diputados republicanos del Congreso de EEUU tienen relaciones con la extrema derecha europea. Por lo tanto, se puede considerar la victoria de Trump frente a Clinton como el triunfo de la extrema radical en conseguir una vía para infiltrarse en la estructura política de EEUU. Esto ha elevado las alarmas para los sistemas de la democracia occidental, ya que se pueden esperar más ataques contra los musulmanes, afroamericanos, hispanos y asiáticos en Europa y EEUU con el aumento de las brechas sociales y tensiones étnicas y raciales.