Alwaght- Arabia Saudí tiene previsto decapitar a un hombre discapacitado por haber participado supuestamente en las manifestaciones antigubernamentales.
Un tribunal penal especializado de Riad, capital saudí, sentenció a muerte a Munir al-Adam por presuntos “ataques a la policía” y otros delitos cometidos durante las protestas en el este del país a finales de 2011.
El acusado fue detenido en febrero de 2012 por participar en las protestas en su ciudad natal de Al-Qatif, de mayoría chií, situada en la provincia oriental de Al-Sharqiya.
El joven, de 23 años de edad, es parcialmente ciego y ya estaba parcialmente sordo en el momento en que las fuerzas saudíes lo arrestaron. Al-Adam declaró que ahora está totalmente sordo de oído tras haber sido golpeado por la policía mientras estaba bajo custodia.
La familia de Al-Adam rechazó fuertemente el veredicto y declaró que había sido torturado para confesar antes de ser sentenciado.
Todo esto se produce mientras que Al-Adam no tiene ningún permiso de recurrir a un abogado.
El Observatorio de Derechos Humanos (HRW, en inglés) ha criticado en reiteradas ocasiones a Arabia Saudí por su elevada cifra de ejecuciones y ha pedido el fin de estos castigos.
El caso más polémico ocurrió el pasado 2 de enero cuando Arabia Saudí ejecutó al prominente clérigo chií el sheij Nimr Baqer al-Nimr, junto con otros 46 personas por cargos de “terrorismo”, una medida que provocó una ola de condena y protestas a nivel internacional por parte de diferentes gobiernos, organizaciones y grupos.