Alwaght- Una de las cuestiones que siempre ha llamado la atención de los centros de investigación israelíes es el análisis del desempeño de Israel tanto en las guerras habidas contra Hezbolá, como en las futuras guerras israelíes. En todas las confrontaciones militares, el régimen israelí consideró a Hezbolá, y no a El Líbano, como su principal enemigo. Si el régimen israelí y El Líbano se enfrentaran otra vez, esta contienda se avizora sin control. En este caso, se prevé la inmediata reacción de la comunidad internacional.
En este contexto, hay planes y propuestas sobre la necesidad de cambios en la estructura del ejército israelí y se puede decir que esas iniciativas muestran la disposición del régimen israelí para una futura confrontación militar. Muchos israelíes consideran inevitable una guerra, ya sea contra Hezbolá o contra la Resistencia palestina en la Franja de Gaza.
El cambio más importante en el ejército israelí ha sido la elección del general Gadi Eizenkot como el jefe del estado mayor del ejército para reestructurar el ejército israelí. El gabinete israelí aprobó el pasado abril un plan para hacer reformas en el ejército.
En el marco de este plan, Israel despedirá a unas cien mil fuerzas de reserva en los próximos años y las que continuarán su servicio militar recibirán más entrenamientos. Además, está prevista la disolución de las brigadas blindadas, además del reforzamiento de la inteligencia israelí, la concentración en la ciberguerra y el aumento del poderío de la armada israelí y los aviones no tripulados. Además, el ejército israelí busca reemplazar las bombas antiguas por los misiles inteligentes.
Asimismo, el régimen israelí está dando mucha importancia a sus fuerzas terrestres. En las guerras anteriores, la poderosa fuerza aérea israelí ejercía un papel clave. Pero a partir de ahora, las tropas terrestres israelíes van a realizar operaciones más amplias en comparación con las guerras anteriores como infiltrarse en territorios de los enemigos.
Según este plan, las tropas terrestres pueden utilizar robots y las imágenes de las cámaras instaladas en los aviones con el fin de prepararse para la confrontación.
Esos cambios en la estructura de la fuerza terrestre del ejército israelí se realiza con dos objetivos: El primero es que las tropas terrestres tengan una alta capacidad para reubicarse al atacar el territorio enemigo para neutralizar la amenaza misilistica contra los territorios ocupados israelíes. El segundo es poner en práctica la estrategia de disuasión a través de la destrucción de las infraestructuras y equipamientos militares del enemigo y la matanza de los combatientes enemigos. El logro de esas metas será posible cuando la fuerza terrestre tenga alta capacidad para llevar a cabo operaciones en el territorio enemigo.
Mientras, las autoridades israelíes se preocupan de que Hezbolá tenga un plan para una guerra en el norte de los territorios ocupados palestinos. Algunas fuentes israelíes dicen que el régimen está preocupado que se han producido cambios en las políticas de la Resistencia libanesa considerados por su secretario general, Seyed Hasan Nasrolá, como “la ruptura del silencio”. Aunque todavía no existe una amenaza inminente contra Israel por parte de Hezbolá.