Alwaght- Pocos días después de que EEUU y Rusia llegaran a un acuerdo para detener la guerra en Siria, —como se esperaba— los grupos opositores apoyados por Arabia Saudí, que buscan sus intereses en el país árabe, intentaron obstruir este proceso.
Riad Hijab, coordinador de la llamada oposición siria “Alto Comité de Negociaciones (HNC, en inglés)”, anunció su rechazó al pacto de EEUU y Rusia considerándolo en contra de sus objetivos.
Previamente, los representantes de este comité estuvieron presentes en las conversaciones lideradas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acerca de Siria en Londres y presentaron sus planes para el futuro del país árabe. Ellos propusieron un proyecto de seis meses de negociaciones para la formación de un gobierno de transición formado por opositores y miembros de la sociedad civil, pero sin el presidente sirio, Bashar al-Asad. Piden que el mandatario abandone el poder durante 6 meses y después el gobierno de transición tome el poder los 18 meses siguientes, periodo en que debe preparar el terreno para la celebración de elecciones.
“Como el acuerdo estadounidense-ruso es muy diferente a las demandas de los sirios, no podemos aceptarlo… en nuestro plan, el objetivo principal es la salida de Al-Asad del poder. Los rusos y estadounidenses bien lo saben. Ellos están conscientes de que el pueblo sirio no quiere a Al-Asad. Los sirios han sufrido mucho y no van a dejar sus objetivos y demandas”, anunció Hijab.
¿Cuál es la razón de los intentos de los opositores sirios para obstaculizar la aplicación del acuerdo?
El HNC es un grupo opositor sirio apoyado por los saudíes y, precisamente, fue formado para velar por los intereses de Riad.
Es evidente que Arabia Saudí no está satisfecha con el acuerdo estadounidense-ruso, pero ¿por qué? La principal razón es la decisión de las dos partes para determinar qué grupos son extremistas y cuáles son moderados, mientras existe una gran posibilidad de que algunos grupos apoyados por el régimen de Riad sean clasificados como extremistas.
En este punto se puede estudiar el caso del grupo terrorista Frente Al-Nusra. Tras la intensificación de los conflictos en Siria, esta banda se presentó como una rama del grupo terrorista Al-Qaeda, pero recientemente, ha cambiado su nombre al de Frente Fath al-Sham en un intento de salir de la lista de los grupos terroristas ante la posibilidad de tener un papel en el futuro de Siria. Los analistas creen que esta estrategia fue diseñada por Arabia Saudí.
Después de que el Frente Al-Nusra cambió su nombre, cabía la posibilidad de que EEUU colocara el nombre de este grupo en la lista de los grupos moderados, pero la presión de la opinión pública internacional, por un lado, y las diplomáticas de los gobiernos aliados de Siria, por el otro, no permitieron a EEUU que lo hiciera. Además, en el acuerdo estadounidense-ruso se menciona explícitamente el combate al Frente Al-Nusra.
Al parecer, los rusos han tenido éxito en convencer a Washington para que participe en una cooperación operativa con Moscú contra Al-Qaeda (incluida Al-Nusra o Fatah al-Sham) y Daesh en Siria. Esto se considera el logro más importante de los rusos en el reciente acuerdo con Washington. Muchos expertos lo describen como la trampa de Moscú para Washington y creen que la Casa Blanca ha firmado el acuerdo que erradicará tanto los grupos armados moderados como los extremistas.
Desde los primeros días que Rusia entró en la guerra civil de Siria, el Occidente ha acusado a Moscú de que sus aviones de combate no bombardean las zonas dominadas por los grupos terroristas como Al-Qaeda y Daesh sino están destruyendo las posiciones de grupos "moderados". Para poner fin a indicadas acusaciones, Moscú ha demandado más sesiones de negociación a fin de llegar a una definición común de los "grupos moderados" y los terroristas.
De hecho, el gran desafío del acuerdo entre Rusia y Estados Unidos ha sido la separación de grupos considerados por el país occidental como "moderados" de los que están en la lista de bandas terroristas de la ONU ya que algunos grupos terroristas como el Fatah al-Sham (rama de Al-Qaeda) se han combinado con bandas como Ahrar al-Sham, que no están en dicha lista, lo que ha hecho prácticamente imposible la tarea de diferenciarlos. En el caso de que las bandas moderadas no quieran o no puedan separarse del Frente al-Nusra y otras bandas terroristas, su destrucción se convertirá en el objetivo común de Rusia y Estados Unidos.
Cabe mencionar que los miembros de la delegación del opositor Comité Supremo para las negociaciones no disfrutan del poder operativo necesario para luchar en el campo de batalla en Siria. Por tanto, parece que los saudíes tienen la intención de aumentar la presión sobre el Gobierno sirio a través de la añadidura de Fatah al-Sham (Frente al-Nusra) a los grupos opositores del indicado Comité.
Además, se puede decir que Arabia Saudí no está contenta con el acuerdo entre Moscú y Washington debido a que está insatisfecho con EEUU por no haber consultado con Riad antes de llegar al acuerdo con Rusia. Por otro lado, las medidas tomadas por el país árabe en Siria también pueden ser consecuencia de las crecientes tensiones entre Riad y Washington sobre la aprobación de un proyecto de ley en la Cámara de Representantes de Estados Unidos para que las víctimas de los atentados del 11 de septiembre puedan demandar a Arabia saudí por sus supuestos vínculos con el terrorismo.
¿Cuál sería el destino del acuerdo entre Rusia y EEUU?
Hace unos días, después de anunciarse el acuerdo entre Moscú y Washington sobre Siria, los analistas indicaron que el éxito del nuevo plan depende de la capacidad de EEUU en convencer a los ‘rebeldes sirios’ para que se alejen de los gropos extremistas, en particular el Frente al-Nusra, y de la capacidad de Rusia en persuadir al Gobierno de Damasco para limitar sus ataques aéreos.
Tras unas horas del logro del mencionado pacto, el Gobierno de Siria anunció su apoyo al plan bilateral y aseguró cumplir con sus compromisos dentro del mismo. De hecho, no se esperaba otra postura de parte de Damasco, pues se cree que el detallado acuerdo fue rubricado bajo una coordinación gradual con las autoridades sirias. Sin embargo, en el primer paso, la parte estadounidense se enfrentó a la oposición de los grupos insurgentes que administra.
En tanto, a pesar de que el comité supremo de conversaciones —una estructura que intenta mostrarse como un brazo político del proceso de paz en Siria— intente evitar el aborto del acuerdo, algunos integrantes o grupos dentro del mismo comité, por medio de actos que violan la tregua, no dejan que el plan entre en la nueva fase, es decir el inicio de la operación antiterrorista conjunta entre Rusia y EEUU. Es obvio que la cooperación entre Moscú y Washington en Siria, les saldrá caro a Arabia Saudí y sus aliados, muy por encima de todo el mundo.