Alwaght- La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, subrayó que durante su mandato siempre ha respetado fielmente el compromiso que asumió frente al pueblo, a la democracia y el estado de derecho.
“Al ejercer la presidencia de la República he honrado el compromiso que asumí con mi país, con la democracia y el estado de derecho. He sido intransigente en la defensa de la democracia”, declaró el lunes Rousseff durante su comparecencia ante el Senado para presentar su defensa en el marco del proceso del juicio político (impeachment) comenzada hace 270 días en su contra.
Además defendió el respeto por la democracia y la voluntad del pueblo, al mismo tiempo que rechazó la “injusticia de ser condenada incluso siendo inocente”. “Yo lucho por la democracia, la verdad y la justicia. Lucho por mi pueblo y su bienestar”, aseveró.
En este contexto, Rousseff reconoció que tiene defectos como cualquier otra persona, pero entre ellos no está la deslealtad y cobardía, mucho menos la traición con los que luchan a su lado.
En otras partes de sus declaraciones, Rousseff denunció que su destitución constituiría un “golpe de Estado”, el cual daría paso a “un gobierno usurpador”.
Cuando Rousseff se presentó ante el Senado, cientos de brasileños se congregaron frente al Congreso para protestar por el juicio político contra la mandataria suspendida.
Varias protestas asimismo fueron celebradas en la Avenida Paulista, en el centro de Sao Paulo, las cuales fueron reprimidas por la policía militar de Brasil con gases lacrimógenos, gas pimienta y balas de goma, según las fuentes estatales.
Distintas ciudades brasileñas también se sumaron a las grandes protestas contra el golpe de Estado y en rechazo al gobierno interino de Michel Temer, un día antes de la votación final que podría cambiar definitivamente el futuro político del país latinoamericano.