No es precisamente porque les guste...
Incontables son las veces en las que hemos visto a los campeones olímpicos morder su medalla en los Juegos Olímpicos. Y aunque esto puede verse como algo normal, en realidad existe un trasfondo. ¿De qué se trata?
Es sabido que el oro es más maleable a comparación de otros metales, por lo que una forma de determinar si la medalla está hecha de oro o no, es mordiéndola, ya que al apretarla con los dientes, éstos quedan marcados en ella.
Otro factor es que el morder la medalla mientras se está en el pódium se ha convertido en un simbolismo: "Se ha vuelto una obsesión para los fotógrafos. Creo que ellos lo ven como una foto icónica, como algo que puedes vender. No creo que sea algo que los atletas hagan por sí solos", explicó a CNN David Wallechinsky, presidente del International Society of Olympic Historians.
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