Alwaght- Arabia Saudí confesó haber matado a niños yemeníes en el ataque perpetrado el sábado contra una escuela religiosa en el norte de Yemen.
Esta matanza de los niños yemeníes fue tan obvia que Riad no pudo negarla. El portavoz militar de Riad, el general de brigada Ahmad al-Asiri, alegó que el ataque, en el que murieron 10 niños, iba dirigido contra un “campo de entrenamiento de los niños” por parte de los combatientes de Ansarolá, y no una “escuela”.
Este comportamiento de Arabia Saudí y su confesión muestra el auge de la debilidad de Al Saud en de sus agresiones contra Yemen que expresa su ira de esta forma.
Esta debilidad es causada por dos razones: primero es el fracaso de las negociaciones de paz yemeníes en Kuwait y la segunda es la celebración de la primera sesión del Parlamento yemení tras un año y medio de su disolución (el sábado), en la cual fue aprobada la formación del consejo político supremo, pactado el pasado 28 de julio entre el movimiento popular Ansarolá y el Congreso General del Pueblo (liderado por el expresidente yemení Ali Abdolá Saleh).
Al menos 10 niños, de entre ocho y quince años de edad, perdieron la vida y otros 28 resultaron heridos el sábado como consecuencia de bombardeos saudíes contra una escuela religiosa en la provincia norteña de Saada.
A pesar de las alegaciones de Arabia Saudí, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció que este ataque tenía como blanco una escuela en el norte de Yemen.
Por su parte, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) confirmó este ataque y advirtió sobre el aumento del número de niños muertos en los ataques aéreos, enfrentamientos y violencias durante la última semana.
Esto se produce mientras que el Occidente, que alega es defensor de derechos humanos, no sólo ha mantenido silencio ante estos crímenes, sino brinda todo tipo de apoyo mediático, militar y político a los autores de estos crímenes.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, instó el pasado 14 de julio a Arabia Saudí a ofrecer informes sobre medidas que ha adoptado para evitar la muerte de niños durante sus agresiones contra Yemen.
La ONU aceptó el pasado 6 de junio (bajo presiones saudíes) quitar a Arabia Saudí de una lista negra de violadores de los derechos de los menores a menos de una semana de acusarle de matar niños yemeníes. La medida provocó polémica, a pesar de ser desatendido por países occidentales.
El pasado 3 de junio, la ONU publicó un informe en el que acusaba a esta coalición de ser responsable del 60 por ciento de los 785 niños muertos en Yemen solo el año pasado.
Las Naciones Unidas estima en 32.000 la cifra de víctimas, entre muertos y heridos, en su mayoría civiles, de los bombardeos saudíes, iniciadas desde el 26 de marzo de 2015.