Los organizadores están investigando las causas pero aseguran que no hay peligro para los deportitas
El agua de la piscina de saltos de trampolín de los Juegos de Río ha pasado de reflejar un inmaculado color azul claro a un turbio verdoso de un día a otro. Los portavoces del comité de organización de los Juegos no supieron explicar este martes a qué se debe la transformación pero aseguraron que los análisis hechos hasta el momento confirmaban que "no hay ningún riesgo para la salud de los atletas".
"Estamos investigando para determinar las causas de lo ocurrido, pero nos alegra informar de que la competición ha terminado con éxito", afirmó Simon Langford. Otro portavoz, Mario Andrada, reconoció directamente: "No sabemos por qué se ha puesto verde". El agua de la piscina que está justo al lado, en el mismo recinto, permanece azul.
La piscina de saltos era así el lunes, apenas un día antes:
El martes este era su nuevo color (la foto está tomada del otro lado de las gradas):
La organización emitió un comunicado en el que aseguraba que el comité organizador de Rio 2016 se toma muy en serio "asegurar la alta calidad de las instalaciones", pero declinó responder a las preguntas de la prensa tras la prueba.
A falta de una explicación oficial que aclare qué ha sucedido, un experto en piscinas citado por el New York Times apuntaba a dos posibles razones: la aparición de algas, que se puede resolver con una ración extra de cloro, o una reacción química entre el cloro y algún metal como el manganeso. Otro consultado por Vox añadía una tercera hipótesis: la reacción de la orina con el cloro.
El entrenador del equipo canadiense, Mitch Geller, contó a AP que todo el mundo se preguntaba qué estaba pasando, e hizo sus propias elucubraciones sobre las posibles causas. "Creo que el filtro está dañado, pero no estoy seguro. Realmente no es peligroso. No es como si fuese tóxico, estuviese sucia o algo así", dijo antes de añadir: "Parece que ha empeorado durante la prueba".
Pero los más sorprendidos por el cambio son sin duda los deportistas que la tienen que usar, como el británico Tom Daley, que el lunes se bañó en un agua normal y el martes se preguntaba en Twitter qué había pasado.
A las ganadoras de la prueba de saltos femeninos sincronizados, Chen y Liu Huixa, no les ha influido este cambio. "No creo que nos haya afectado de ninguna forma", aseguró Chen, ganadora del oro.
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