Alwaght- Un atentado suicida perpetrado en un hospital público de Quetta, al oeste de Pakistán, capital de provincia de Baluchistán, provocó la muerte de 70 personas y dejó 112 heridos.
Medios locales informan de que un suicida detonó el cinturón explosivo en la entrada de la sala de emergencias del hospital, donde se concentraba más de un centenar de personas, muchos de ellos abogados y periodistas.
Añadieron que las víctimas congregaron en el lugar de los hechos como señal de luto porque a penas unas horas antes había sido asesinado el presidente del Colegio de Abogados de Baluchistán, Bilal Anwar Kasi.
Había sido abatido a tiros al salir de su casa hacia el trabajo por dos hombres que aún no han sido dentificados y su cuerpo estaba en el hospital.
Los cuerpos yacían en medio de un mar de sangre y de trozos de vidrio; y los sobrevivientes, en estado de conmoción, trataban de reconfortarse mutuamente.
La organización terrorista Jamat ul Ahrar con vínculos con los talibanes y Al-Qaeda, ha asumido la autoría del ataque. Horas más tarde, sin embargo, el grupo takfirí Daesh asumió la responsabilidad del ataque.
El ejército se desplegó en los hospitales de la ciudad y en sus alrededores, según las autoridades.
El primer ministro paquistaní Nawaz Sharif condenó el atentado en un comunicado y aseguró que “no se le permitirá a nadie que perturbe la paz que ha sido restaurada en la provincia gracias a los incontables sacrificios de las fueras de seguridad y la gente”.