Alwaght- Un reciente informe ha revelado que el exjefe de la Inteligencia saudí, el príncipe Bandar bin Sultan, estuvo involucrado indirectamente en los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Este informe, publicado por la cadena estadounidense CNN, reveló que un registro de llamadas mantenida por un presunto alto operativo de Al-Qaeda, identificado como Abu Zubaydah, incluyó el número de teléfono no listado de un compañía de Colorado asocia con Bandar bin Sultan, así como el número del teléfono de un guardaespaldas que trabajaba en la embajada saudí en Washington, la capital estadounidense.
“La información divulgada en el informe del Congreso realizado en 2002, conocido como las 28 páginas, revela un vínculo indirecto antes oculto a la opinión pública estadounidense entre este presunto colaborador de Al-Qaeda y una empresa asociada con un miembro clave de la familia real saudí, el exembajador en EEUU (1983-2005), el príncipe Bandar bin Sultan”, reza el informe.
El senador Bob Graham, uno de los responsables de la investigación del 11-S, declaró que ninguno de estos números de teléfono estaban publicados, “así que tenían que haber entrado en la guía telefónica de Zubaydah a través de un contacto personal que sabía lo que eran esos números y lo que representaban”.
A pesar de que la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA, por sus siglas en inglés) y el Buró Federal de Investigaciones de EEUU (FBI, por sus siglas en inglés) insisten en que no hay vínculos entre la familia real saudí y los atentados del 11 de septiembre, Graham subrayó que la conexión entre la lista de contactos del Zubaydah y la compañía asociada con Bandar bin Sultan fue “una de las partes más impresionantes de la investigación” y digno de mayor investigación.
Mientras tanto, el informe dice que la supuesta relación de Bandar con el referido miembro de Al-Qaeda no constituye una evidencia directa de que el príncipe saudí fuera cómplice de los ataques.
El pasado 15 de julio, el Congreso de Estados Unidos publicó el informe de 28 páginas, hasta ahora secreto, que intenta esclarecer el posible papel de Arabia Saudí en los atentados del 11 de septiembre de 2001 que dejaron más de 3000 muertos.
El documento se publicó tras meses de investigación por parte del Gobierno de Washington. Desde hace tiempo, varios senadores han exigido la desclasificación de las 28 páginas del informe final del Congreso sobre los atentados.
El expresidente de Estados Unidos, George Bush, clasificó el informe de 28 páginas para proteger las fuentes y los métodos de inteligencia, posiblemente para no afectar las relaciones con su aliado, Arabia Saudí.
Riad ha advertido al Gobierno de Washington de que retirará sus inversiones de ese país si el Congreso aprueba la ley que permitiría responsabilizarle de los atentados del 11 de septiembre.