Alwaght- Si bien es cierto muchas de las problemáticas surgidas entre los gobiernos del mundo y sus ciudadanos, son originadas por la mala administración del estado, la falta de programación para el desarrollo y la mala administración de los recursos; pero sumado a esto muchas naciones del mundo se ven sometidas a otro fenómeno agregado, y es la venta de los recursos naturales y empresariales de sus países a grandes multinacionales o empresas extranjeras, lo que en la modernidad dentro de la politología se reconoce como una de las practicas del llamado “neoliberalismo” y que al parecer de muchos no es sino la nueva cara del colonialismo e inclusive de los modelos esclavistas.
Y lamentablemente la nación colombiana no ha sido ajena a este fenómeno, aproximadamente a inicios de los años 90 el neoliberalismo tomó forma y se posicionó con fuerza en el país; teniendo en claro, como lo manifestábamos anteriormente, que no ha sido el único modelo que ha procurado colocar en manos extrajeras los recursos del país; solo que si ha sido el que de manera más sigilosa y astuta ha colocado las riquezas del país a favor de otros, denominando la mismas de formas engañosas como: internacionalización de la economía, capitalización de la fuerza empresarial nacional, inversión extranjera, todos estos no siendo más que términos falaces que llevan a la confusión popular y a la expoliación nacional.
Hoy, Colombia se ve afectada por un paro nacional de camioneros que muy pocos entienden a profundidad, y que inclusive puede ser causa de molestia de muchos ciudadanos que desconocen la realidad del asunto; pues si bien es cierto hay unas causas aparentes del paro, como son:
1. La suspensión del acuerdo inicial de inmovilización de camiones, mediante el sistema de uno por uno, (que consiste en que el propietario del medio de transporte en desuso, entrega el mismo al gobierno en calidad de parte de pago a cambio de uno nuevo).
2. El alto costo en los peajes, (Colombia es uno de los países del mundo con más alto valor en el pago de peajes viales)
3. El aumento de las tasa de flete en un 40% (según los trasportadores colombianos las tasas impuestas para el cobro del transporte de cargas son muy bajas, al punto que las ganancias reales del transportado son casi irrisorias)
4. Los altos costos del combustible (mientras el precio del petróleo bajo a nivel mundial, en Colombia se incrementó para la ciudadanía). Pero también lo es el hecho de que la inversión extranjera no permite al gobierno nacional negociar en buenos términos con el sector de transporte de carga, pues la multinacional IMPALA una empresa mundial de almacenamiento y logística que se especializa en el transporte y el depósito de metales, minerales y carbón, del Grupo suizo TRAFIGURA (propietario de la empresa), ha realizado exorbitantes acuerdos económicos con el gobierno colombiano, relacionados con transporte de carga fluvial, ferrovial y terrestre, construcción de vías y administración de puertos aéreos y marítimos; de ahí que por las presiones de esta influyente multinacional, el gobierno colombiano manifiesta en la mesa de negociaciones de que hay puntos “intocables” como la reducción en el costo de los peajes, aumento y concesión de los mismos, pues es a través de estas prácticas que pretende cumplir los acuerdos realizados con IMPALA y retornar los recursos ya recibidos.
Paro que agrupa a cuatro sociedades de camioneros, las cuales hoy se preguntan, por qué el gobierno pretende sacar del bolsillo de los colombianos la adecuación de las vías terrestres del país, cuando el país cruzó por un proceso de capitalización o más bien privatización de la empresa de energías ISAGEN que pretendía dar solución a las problemáticas de infraestructura vial del país. Demostrando todo ello, no más ni menos que, los deprimentes estados de orden económico y administrativo a los que se ve sometida una nación, cuando sus recursos naturales, empresariales y hasta humanos, caen en manos de multinacionales inescrupulosas, que no piensan en más que la acumulación de grandes sumas de dinero a través del monopolio de recursos y servicios.
Y sin salirnos del contexto, pero vale la pregunta: ¿Es así como se pretende construir la paz en el país?