Alwaght- Al menos 45 personas han muerto y más de 3.000 han resultado heridos en los enfrentamientos registrados desde hace ocho días en estado indio de Jammu y Cachemira.
La violencia se inició tras la muerte de Burhan Wani, un famoso militante del grupo Hizbul Mujahideen que combate por la independencia del Estado de la Federación india.
La Policía de India declaró toque de queda en los 10 distritos de valle de Cachemira como parte de los esfuerzos para evitar nuevos enfrentamientos. Además, están suspendidos los servicios de telefonía móvil e Internet en la región, aunque volvieron al aire las señales de la televisión por cable interrumpidas durante poco más de 24 horas.
Los líderes separatistas, bajo arresto domiciliario, convocaron a prorrogar las manifestaciones hasta mañana.
Como consecuencia de los disturbios fueron incendiadas estaciones de policías, edificios gubernamentales y numerosos autos, mientras las escuelas y universidades se vieron obligadas a suspender las clases.
La situación traspasó las fronteras de la India, tras las declaraciones del gobierno paquistaní que expresó su "profunda consternación" por el fallecimiento de Wani y consideró el hecho un "asesinato extrajudicial".
Esos comentarios fueron duramente criticados por Nueva Delhi, que acusó a su vecino de alentar los disturbios y de apoyar a los grupos extremistas en Jammu y Cachemira.
La India y Paquistán mantienen un contencioso por la histórica región de Cachemira, dividida entre ambos países desde 1947, un conflicto que enfrentó a sus ejércitos en tres ocasiones.