Alwaght- Los últimos días, la brutalidad de la policía estadounidense contra los negros otra vez se ha convertido en la noticia principal de los medios de comunicación. Dos días después del Día de la Independencia de Estados Unidos, policías mataron a afroamericanos, lo que desencadenó una nueva ola de violencias raciales.
El martes pasado, en el estado de Luisiana, un agente de policía estadounidense asesinó a Alton Sterling, un joven negro de 37 años que vendía discos compactos frente a una tienda. El vídeo grabado por testigos muestra que Sterling no tiene arma y el agente le dispara cuatro veces mientras que el joven negro está tumbando en el suelo.
Un día después de este crimen, en el estado de Minnesota, un agente de policía estadounidense mató a Philando Castile, otro joven negro de 32 años que estaba en su vehículo con su novia. Castile estaba buscando su cartera para mostrarle un documento de identidad al agente pero este pensó que Castile iba a sacar un arma.
El jueves, cinco efectivos policiales fueron tiroteados y siete agentes de policía resultaron heridos por disparos de un francotirador en medio de una manifestación a favor de los derechos de los negros en la ciudad de Dallas (Texas, sur de EEUU). Este suceso muestra que las violencias raciales han entrado en una nueva fase. El asesinato de estos agentes de policía ha distraído la opinión pública de las violencias contra los negros en EEUU.
Sin embargo, después de estos sucesos, la mayoría de los medios de comunicación occidentales ha advertido sobre la brutalidad hacia los negros en EEUU y, en sus análisis, han considerando diferentes asuntos, como la libertad de poseer armas. Entretanto, lo que cabe destacar es que estos dos jóvenes negros no son las únicas víctimas de las violencias raciales de la policía estadounidense. Recordar que durante los últimos tres años, la policía norteamericana ha matado a tiros a ciudadanos de color, pero el sistema judicial de este país ha absuelto a los policías asesinos. Las fuerzas de la policía de EEUU son más brutales y agresivas que los soldados del país en el campo de batalla a la hora de reprimir a los ciudadanos negros, según la página web canadiense Global Research. De acuerdo con el informe del diario estadounidense 'The Washington Post', la policía norteamericana mató a 491 personas durante los primeros seis meses de 2016 y a 465 en los primeros seis meses del año pasado, en ambos casos la mayoría de víctimas eran afroamericanos. Este asunto muestra que la violencia de la policía de EEUU se ha incrementado durante los últimos años.
Entretanto, las autoridades estadounidenses solamente han condenado los altercados entre los ciudadanos y los agentes de policía pero no el racismo ni los comportamientos inhumanos de la policía hacia los negros. De hecho, aunque se esperaba que durante el mandato de Barack Obama se resolvieran los problemas de los negros, el presidente estadounidense hasta ahora no ha hecho nada para hacer frente a estas violencias. Por ejemplo, Obama en respuesta a los recientes sucesos dijo el asesinato de negros a manos de policías debe ser una preocupación general de todos los estadounidenses. “Esta no es una cuestión blanca y negra, no es una cuestión hispana, es una cuestión estadounidense. Todos los estadounidenses deben estar preocupados por estos sucesos”, dijo el mandatario.
Al final, la estructura jurídica y política de EEUU, país que siempre ha alegado apoyar los derechos humanos en el mundo, hasta ahora no ha hecho nada para cambiar y mejorar esta situación. Los policías asesinos de los negros no han sido despedidos ni juzgados en tribunales militares ni civiles. Por eso, las organizaciones de derechos humanos han advertido varias veces a las autoridades norteamericanas sobre la situación crítica de los negros en este país, pero los gobernadores no han prestado atención a esta crisis.