Alwaght- Luego de la operación jaque que realizó el gobierno colombiano en contra de la guerrilla de las FARC-EP, mediante la cual liberó a 15 secuestrados, entre los cuales se encontraba la excandidata presidencial Íngrid Betancourt, se podría manifestar con toda seguridad que el proceso de paz en Colombia, no es más que la operación jaque mate en contra de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, mediante la cual se pretende dar una estocada final al grupo revolucionario y enviarlo de una vez por todas a las páginas de la historia universal.
Y los elementos que nos llevan a esta conclusión:
1. De un lado de la meza nos encontramos con el mismo jugador que coloco en jaque a su contrincante, el entonces ministro de defensa Juan Manuel Santos y ahora presidente de la república, hijo legítimo de la oligarquía colombiana, acérrimo enemigo de la izquierda colombiana, quien en los días presentes ha tomado forma de humanista, con tal de dar su estocada final, haciendo olvidar al pueblo colombiano, e inclusive a las mismas guerrillas, que ha sido el cerebro de sus peores golpes sufridos (Operación Aromo, Operación Sol Naciente, baja del comandante guerrillero Raúl reyes (Operación Fénix), Operación Jaque, Operación Fuerte, Operación Camaleón);
2. La campaña de desprestigio en contra de la Izquierda Latinoamericana, financiada por el gobierno de los Estados Unidos, debilita el apoyo popular en caso de una posible conversión de las FARC-EP en movimiento político, pues la imagen que el imperio logró crear respecto de los gobiernos de izquierda no es nada esperanzadora, siendo el caso más cercano el gobierno de Venezuela, situación que no quiere vivir ninguna población en el continente; con operaciones de apoyo como lo han sido el acercamiento del gobierno cubano a estados unidos, movida que ha creado en la mente de la ciudadanía latinoamericana, el pensar de que no hay opción más allá de la de estar con el imperio (luego está a excepción de una reducida capa de verdaderos y sinceros revolucionaros de antaño);
3. El resentimiento que guarda la extrema derecha hacia las FARC-EP augura un inevitable plan pistola (forma popular como se le denomina en Colombia al asesinato selectivo en contra de los miembros de un determinado grupo), en contra de un gran número de guerrilleros;
4. La economía de las FARC-EP esta tan socavada que no les permitiría establecerse como potencia agraria o industrial en zonas de distención. Sin el apoyo o abandono por parte del gobierno colombiano, situación que ya es conocida por parte de la población colombiana, en lo venido de su historia.
Con todo este panorama, solo hay que dejar que la historia que estamos por escribir se plasme en sus futuras páginas y así los futuros analistas se puedan expresar respecto de la misma, pues nunca antes en la historia colombiana se había visto un panorama tan desolador e incierto para un grupo beligerante como lo es las FARC-EP, e inclusive, como se ha denominado en palabras de algunos analistas de temple izquierdista: esta ha sido “la gran traición por la cúpula militar de las FARC-EP” o “la infiltración más exitosa de los servicios de inteligencia sionistas en la cúpula de las FARC-EP para doblegar a todo un pueblo”. Son ustedes libres de escoger.