Alwaght- En las últimas décadas, la región de Oriente Medio atestiguó varios acontecimientos de los cuales los lobbies sionistas en el mundo entero los aprovechan para legitimar la creación del régimen de Israel y preparar el terreno para que algunos países y organizaciones, entre ellos, Arabia Saudí lo reconozcan como un Estado.
A pesar de los esfuerzos de algunos países árabes, encabezados por Egipto, en los primeros años de la ocupación de Palestina, los lobbies sionistas en el mundo con el apoyo de los occidentales, en especial, EEUU, trataron mucho de legitimar la formación del régimen israelí. En los años de 60 y 70 del pasado siglo se registraron varias guerras entre los países árabes y el régimen de Tel Aviv. A pesar de que los países árabes no lograron derrotar a este régimen, sin embargo, las voces que buscan vengarse de Israel no se detuvieron nunca en estos países.
Por eso, el régimen de Israel aplicó nueva estrategia que buscaba primero: mantener el equilibrio del poder militar a favor de la entidad israelí en el Oriente Medio, y segundo: buscar un país que allane el terreno para normalizar las relaciones entre esta entidad y algunos países árabes con el fin de preparar el camino para el reconocimiento de este régimen en la comunidad internacional.
Para lograr el primer objetivo el régimen de Israel adquirió armas atómicas que se dio a conocer este logro cunado las aprobó por primera vez en los años sesenta del siglo pasado, y por eso trató mucho que otros países no logren la tecnología nuclear. El régimen de Tel Aviv aplicó esta medida para impedir el acceso de Irán a la tecnología nuclear pacífica, alegando que el país persa podría producir en el futuro armas atómicas.
Por otra parte, el régimen de Israel se ha centrado sus esfuerzos y aplicó métodos para engañar a los países árabes a reconocer su existencia ilegítima e ilegal, y en este sentido los ha ofrecido devolver las tierras palestinas a cambio de paz, proyecto que tenía la intención de recuperar las tierras palestinas ocupadas en 1967, a cambio del reconocimiento árabe a la entidad israelí y firmar acuerdo de paz con este régimen.
Gracias al amplio rechazo de la idea de la normalización de relaciones con el régimen de Israel, y la victoria de la Revolución Islámica en Irán en 1979, que apoyó y sigue apoyando la resistencia anti-israelí en la región, y a pesar de todos los esfuerzos, la entidad israelí no pudo conseguir el reconocimiento oficial en el mundo árabe, incluso entre los países que los considera moderados.
A pesar de la firma del tratado de "Camp David" entre Egipto y la entidad de Israel en 1978 y las negociaciones de paz entre el régimen israelí y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) dirigidas por Mahmud Abbas, la entidad israelí sigue siendo incapaz de normalizar sus relaciones con el mundo árabe abiertamente, y que esta entidad coordina en secreto con algunos sistemas árabe, en particular el régimen saudí con el fin de formar un frente anti iraní, un país que siempre ha rechazado la creación y existencia ilegal de este régimen en la región.
Otro medio que utilizó la entidad israelí para preparar el terreno a normalizar las relaciones con el mundo árabe es establecer lazos económicos con algunos de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG- integrado por países árabes ribereños del Golfo Pérsico), en particular Arabia Saudí desde mediados de los años noventa del siglo pasado. Estos aprovechan las circunstancias que se produjeron en el Oriente Medio, en especial la invasión estadounidense a Irak en 2003, lo que preparó el terreno para una serie de acontecimientos que han conducido a desestabilizar la seguridad y la estabilidad en la región. Los avatares se han aumentado con frecuencia después de los acontecimientos de la llamada "primavera árabe" en 2011 y la aparición de la crisis armada en varios países árabes, provocada por los grupos terroristas y takfiríes respaldados por la entidad israelí y países árabes de la región, es decir, Qatar, Turquía y Arabia Saudí.
Después de la firma del acuerdo nuclear entre Teherán y el grupo 5+1 en julio de 2015, el régimen de Israel utilizó todas las medidas para evitar la aplicación de los términos de este acuerdo, que garantiza el reconocimiento del derecho de Irán al uso pacífico de la tecnología nuclear y la eliminación del embargo impuesto por su programa nuclear. Arabia Saudí ha jugado un papel negativo y clara para evitar la conclusión de un acuerdo de este tipo, el cual salió a declarar su voluntad de poner a disposición de su espacio aéreo a las fuerzas aéreas del régimen israelí para que bombardee las instalaciones nucleares de Irán.
Arabia Saudí también ha hecho esfuerzos incansables para desviar la opinión pública del mundo árabe y los convenció de que el verdadero enemigo es la República Islámica de Irán y no la entidad israelí que usurpó las tierras palestinas.
La cooperación total entre el régimen saudí y la entidad israelí en diversos campos, especialmente la política y de seguridad, llevó a las dos partes a celebrar reuniones abiertas, como ocurrió entre el exjefe de Inteligencia de Arabia Saudí, el príncipe Turki al-Faisal y el ex jefe del servicio de inteligencia israelí, "Amos Yaldin" en Bruselas hace dos años. Esto es otro signo de la normalización de los lazos.
Los observadores creen que el régimen saudí es una pieza clave en los intentos de Israel de normalizar las relaciones con algunos países árabes, en un momento que esta entidad delibra a matar a los palestinos y profana los lugares sagrados y confisca las tierras de los palestinos.
Arabia Saudí no se limitó a esta cantidad de cooperaciones con la entidad israelí, y ha aumentado su apoyo a los grupos terroristas que han perpetrado todo tipo de crímenes de lesa humanidad en varios países del Oriente Medio y el Norte de África en un proyecto destinado a desestabilizar la región y cambiar la demografía de esta zona. Y en este sentido, el ex ministro israelí de militares, Moshe Yaalon, admitió que la actual crisis en la región ofrece las mejores condiciones para la supervivencia y la continuidad de la entidad israelí.
En otra declaración pública, el funcionario saudí, Anwar Eski, sobre la existencia de vínculos estrechos entre Riad y Tel Aviv, aseguró en una entrevista concedida al diario israelí "Yediot Ahronot" que " Arabia Saudí e Israel tienen intereses comunes", señalando que el rey saudí Salman bin Abdul Aziz, sería "el padrino de normalización entre Israel y los árabes".
Una información que nunca fue confirmada, reveló que durante una reunión del Consejo de Relaciones Exteriores en Washington en la que comparecieron conjuntamente el asesor del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, Dore Gold, el general saudí retirado Anwar Majed Eshki y el exasesor del príncipe Bandar Bin Sultan y exembajador en EEUU
Otros informes divulgan que solo en 2014 y 2015, representantes de las dos partes se han entrevistado en al menos cinco ocasiones, según el portal estadounidense Bloomberg, que situó los encuentros en La India, Italia y la República Checa.