Alwaght- Irak atraviesa una crítica situación debido a la inseguridad que reina en este país árabe desde 2003 y provocada por diferentes grupos, entre ellos baasistas, iraquíes nacionalistas, islamistas radicales, salafistas, wahabíes y terroristas extranjeros.
Un actor principal en la creación de la inseguridad de Irak ha sido EEUU. Las fuerzas norteamericanas invadieron el suelo iraquí durante 3 semanas en 2003, pero esta acción agresiva ha dejado efectos críticos hasta el día de hoy en la vida de los iraquíes.
Además, las presiones y amenazas de los enemigos han aumentado las tensiones para los iraquíes. De hecho, las presiones de las superpotencias afectan más a los ciudadanos que la propia inseguridad interna del país.
Daesh, la principal crisis de seguridad
De momento, es importante que los iraquíes protejan sus ciudades y liberen las zonas ocupadas por el grupo terrorista Daesh. En realidad, Daesh ha mostrado que puede establecer un estado, aunque ineficiente, ya que no es capaz de tomar el control de todas las ciudades. En estas condiciones, en la lucha contra Daesh, una guerra convencional del ejército iraquí y sus aliados puede vencer a esta banda.
Sin embargo, Daesh es una gran amenaza para el mundo, pues pese a los ataques, no ha huido ni se ha dado por vencido sino continúa sus acciones violentas como antes de 2014. Si Daesh fuera inteligente como el grupo terrorista Al-Qaeda, cambiaría su método y reduciría sus acciones violentas. Entonces, vencerlo completamente sería difícil.
Tomando en cuenta una declaración de Daesh en la que apunta contra los chíes, es probable que esta banda vuelva a sus viejas tácticas y empiece una carnicería de civiles.
Cambio de táctica estadounidense
Hace 13 años, George W. Bush, el entonces presidente de EEUU, inició los ataques contra Irak e infligió graves pérdidas al país árabe. Desde entonces, los iraquíes sufren inseguridad a causa de la aparición de grupos terroristas. Es muy posible que en enero de 2017, cuando Barack Obama abandone la Casa Blanca, se resuelva una gran parte del desafío de Daesh, y los terroristas solamente se queden con el control de una zona de la ciudad iraquí de Mosul, su actual bastión. Además, el Gobierno de Obama podrá alegar que la solución de este desafío ha sido uno de sus logros.
Después de las experiencias de los estadounidenses desde 2003 hasta 2011, los candidatos presidenciales saben bien que luchar contra el terrorismo en los países débiles árabes es muy difícil. Para el próximo gobierno norteamericano serán poco importantes los aspectos militares de las operaciones anti-Daesh ya que dará prioridad al control de las zonas liberadas por el ejército. De hecho, el próximo gobierno estadounidense intentará erradicar el descontento que puede agravar la situación de Irak.
Inseguridad en Irak, 13 años de pesadillas
La reconciliación nacional es la mejor solución para derrotar a Daesh pero la verdad es que el Gobierno iraquí enfrenta una crisis en los últimos meses. Si Irak no puede restaurar la seguridad en las zonas recuperadas, la reconciliación nacional correrá el riesgo de fracasar. Igual que antes, la mala gestión y la corrupción del gobierno local y las fuerzas de seguridad han abonado el terreno para el desarrollo de grupos terroristas.
Cabe mencionar que el primer ministro de Irak, Haidar al-Ebadi, no tiene una base popular ya que vivía en Inglaterra antes de la caída de Saddam Husein. Además, su deseo de manejar el país utilizando solo un equipo pequeño de consultores, le ha costado mucho. Las protestas del distrito Al-Jadra es el último ejemplo de la fragilidad del actual gobierno iraquí.
Por otra parte, a diferencia de la era de Nuri al-Maliki, Al-Ebadi ha modificado, en cierta medida, la relación de Bagdad con la región del Kurdistán. Su Gobierno no puso en aprietos a Kurdistán iraquí por haber violado el acuerdo de 2015 sobre las exportaciones del petróleo.
Al parecer, ni con la caída de los precios mundiales del petróleo, Bagdad es capaz de ganar la lealtad de Kurdistán puesto que los kurdos de Irak no abandonan el deseo de independencia pero el primer ministro no responde de modo adecuado a dicha demanda.
Los suníes de Irak, al contrario de los kurdos, no buscan independizarse debido a sus áridos territorios que carecen de la cantidad suficiente de los recursos hidrocarburos necesarios para exigir autonomía. La dependencia de los suníes iraquíes a Bagdad en cuanto a su presupuesto solamente ha complicado la lucha por el poder. La unidad entre los árabes suníes y chiíes de Irak necesita del apoyo financiero de Bagdad para realizar medidas que establezcan la seguridad local en ambas comunidades.
En resumen, la falta de confianza en el Gobierno central ha obstaculizado la reconciliación nacional, de modo que en lo que falta de año, el Gobierno iraquí estará bajo presión sin precedentes para resolver los mencionados problemas.
Las necesidades del futuro
El Gobierno central debe restaurar la seguridad de las zonas recuperadas utilizando estas medidas:
1. Formar un sistema de policía poderoso para controlar las calles.
2. Formar un equipo de autoridades judiciales listo para procesar casos de seguridad, resolver otras disputas entre los residentes desplazados e interactuar con la gente.
3. Reparar las tuberías de agua, plantas de energía, hospitales y escuelas.
4. Prestar rápida asistencia a las autoridades locales respecto al suministro de recursos adicionales de todo tipo, desde los militares hasta los medicinales.
En conclusión, se puede decir que el enfoque exclusivamente militar no eliminará a Daesh y no resolverá totalmente la crisis actual de seguridad en Irak. El Gobierno iraquí debe tener en cuenta las diferencias, que han creado a Daesh, en primer lugar, para garantizar la seguridad del país en el futuro. Finalmente, sin alcanzar la reconciliación nacional, nunca se estabilizará el Gobierno iraquí y siempre se mantendrán las rutas del extremismo en Irak.