Alwaght- Debido a la amenaza del terrorismo y la inseguridad en la península egipcia del Sinaí (noreste), el Gobierno de Egipto se enfrenta a una fuerte caída de los ingresos. Por ello, el presidente Abdel Fatah al-Sisi ha recurrido a diversas medidas para financiar la economía egipcia. Pero, una de estas se considera una gran traición a la nación egipcia pues ha vendido una parte de su territorio a Arabia Saudí.
El viaje de cinco días del rey saudí, Salman bin Abdulaziz Al Saud, a Egipto fue una oportunidad para que Al-Sisi pueda cumplir sus necesidades financieras. Antes de este viaje, el proveedor egipcio de satélites Nilesat suspendió asimismo la transmisión de los programas de la cadena libanesa Al-Manar, cercana al Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), en el marco de las medidas adoptadas a favor de Riad. Inmediatamente después de esta decisión, los medios de comunicación israelíes anunciaron que Arabia Saudí habría pagado 4 mil millones de dólares a Al-Sisi por que adopte esa medida. Al-Sisi además entregó al rey saudí el Collar del Nilo, la mayor condecoración egipcia. No obstante, la acción que encumbró a Al-Sisi en este camino fue la entrega de dos islas estratégicas de Egipto a Arabia Saudí.
Según un acuerdo firmado el sábado entre El Cairo y Riad, para demarcar sus fronteras marítimas, Egipto entregó dos islas estratégicas, Tirán y Sanafir, en el mar Rojo, a Arabia Saudí. Un tratado firmado en 1906 entre Gran Bretaña y el Imperio Otomano, que definió la frontera entre Egipto y Arabia Saudí, situaba las islas en territorio egipcio; pero Arabia Saudí reclamaba la soberanía de ambos territorios insulares.
Estas dos islas son estratégicas ya que el estrecho de Tirán es el único punto de acceso de Israel al mar Rojo a través del golfo de Aqaba y desempeñan un papel importante en el intercambio comercial del régimen de Tel Aviv. Egipto había bloqueado el estrecho de Tirán por la Guerra de los Seis Días con el régimen de Israel en 1967. El nuevo acuerdo sobre las fronteras marítimas fue firmado por los primeros ministros de ambos países en el palacio presidencial en El Cairo (capital egipcia), ante la presencia del rey saudí y Al-Sisi. De acuerdo con el Gobierno egipcio, este pacto fue alcanzado tras seis años de duros intentos y la celebración de 11 reuniones entre los comités de demarcación de la frontera marítima común.
Esto se produce mientras que Egipto y Arabia Saudí acordaron asimismo construir un puente que atraviese el Mar Rojo para unir ambos países árabes. Al-Sisi aseguró que ese puente llevará el nombre del rey saudí Salman. La vía, según lo previsto, unirá las localidades de Sharm el-Sheij, en la península Sinaí, y Ras el Sheij Hamid, en la provincia saudí de Tabuk, a través de las islas de Tirán y Sanafir. Este puente, de 50 kilómetros de largo, será construido durante siete años con un coste evaluado en 4000 millones de dólares.
Por su lado, Israel calificó esta construcción de una amenaza estratégica para sí mismo ya que obstaculiza la libertad de navegación en la entrada sureña del golfo de Aqaba y lo pondrá en peligro. En este contexto, la radio israelí ha declarado que el acuerdo de Camp David, firmado entre Israel y Egipto, insiste en la libertad del derecho de navegación en el estrecho de Tirán y la construcción de este puente se considera como una declaración de guerra contra Tel Aviv.
La firma de este acuerdo, que debe ser aprobado por el Parlamento egipcio, ha provocado una ola de críticas entre los opositores egipcios. Un número de destacadas autoridades egipcias y algunos exmiembros del Parlamento han condenado este acuerdo y la nueva demarcación entre ambos países. Los opositores al pacto han rechazado en un comunicado esta medida y han acusado al gobierno ilegal de Egipto de violar los derechos históricos y no preservar la riqueza nacional del país.
En este contexto, el movimiento egipcio los Hermanos Musulmanes (HHMM) ha declarado que Egipto ya no tiene nada que Al-Sisi quiera entregar. Finalmente, los intentos de Al-Sisi dieron resultado y Arabia Saudí y Egipto firmaron varios acuerdos de cooperación, incluido un pacto sobre la creación de un fondo de inversión de 16 mil millones de dólares. Las partes además firmaron un memorando de entendimiento para crear una zona de libre comercio en la península de Sinaí. Según la Constitución de Egipto, ningún funcionario tiene el derecho de entregar ni un palmo del territorio egipcio a otros. Por lo tanto, esa acción de Al-Sisi es una traición a los intereses nacionales de Egipto.