Alwaght- Desde el inicio de 2016, varios atentados terroristas han sacudido Turquía. Aunque esos ataques han dañado al país, especialmente en el área del turismo, el gobernante Partido de Justicia y Desarrollo (AKP) aprovechó la situación para alcanzar sus objetivos. El gobierno de Ankara enfrenta actualmente críticas. Con los ataques perpetrados el pasado febrero contra los kurdos, Turquía buscaba presionar a esta minoría. Además, trataba de justificar las incursiones que lleva a cabo desde el año pasado contra las ciudades de mayoría kurda.
De hecho, esto dejó claro por qué Turquía apoya a los grupos terroristas. No obstante, después de los atentados en Estambul surgieron nuevas preguntas. Algunos creen que Turquía está llevando a cabo una operación de “bandera falsa”. Esta táctica es utilizada por los países aliados de Estados Unidos. La verdad es que el presidente Recep Tayyip Erdogan intenta recuperar su popularidad en declive y, por otro lado, todo apunta a que Erdogan se esfuerza para que Turquía retome el papel que jugaba el imperio otomano en la región mientras el pueblo turco pone en duda la capacidad del dignatario para lograr esta meta. De ahí que Erdogan busque reforzar la unidad entre los turcos alegando que hay amenazas exteriores contra su país.
Pero luego de que varios israelíes murieran o resultaran heridos en los recientes ataques en Estambul, Turquía quiere jugar nuevas cartas. Antes de que Erdogan asumiera el poder, Turquía e Israel mantenían amplias relaciones que se enfriaron posteriormente, sobre todo, tras el ataque israelí (2010) contra el barco turco Mavi Marmara que iba a entregar las ayudas humanitarias a la Franja de Gaza. Erdogan reaccionó energéticamente a este ataque.
En los últimos meses, Turquía se encontró en una difícil situación geopolítica e intentó reconciliarse con el régimen israelí. Los recientes ataques en Estambul acelerarán probablemente este acercamiento. Según el diario Hurriyet Daily News, un diplomático israelí ha confirmado que tras los atentados de Estambul, las autoridades turcas tratan mejor al régimen israelí.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, y Erdogan han transmitido mensajes sin precedentes a sus pares israelíes. Erdogan ha pedido a los israelíes que visiten Turquía para conocer de cerca la cultura de este país. Cabe mencionar que miles turistas israelíes visitan cada año a Turquía y las líneas aéreas turcas son muy activas en los territorios ocupados palestinos.
Ciertamente, los malos acontecimientos podrían ayudar al deshielo de las relaciones entre dos países rivales u hostiles. Desde octubre de 2015, Turquía e Israel han ejercido esfuerzos para retomar sus relaciones. Cuando Erdogan dijo que “Nosotros debemos aceptar que necesitamos a Israel en el Oriente Medio” mostró que su gobierno no escatima ningún esfuerzo para mejorar las relaciones con Israel.
El libro “Diplomacia del Desastre”, escrito por Richard Colman, podría ayudarnos a comprender mejor esta situación. Este libro es la primera obra que habla de los vínculos entre los desastres y la política. El libro explica cómo y por qué los desastres podrían aumentar o reducir las cooperaciones entre los países.
La obra analiza varios casos de países industrializados o en vía de desarrollo y estudia los orígenes de la llamada “diplomacia del desastre”. Colman estudia una amplia gama de elementos relacionados a este fenómeno y explica por qué la diplomacia del desastre unas veces fracasa y otra sale victoriosa. Si bien el escritor cree que no siempre se puede pronosticar el resultado de este tipo de diplomacia, de hecho, tras los recientes ataques, Turquía busca, por un lado, mostrarse a sí misma como una víctima del terrorismo y, por otro, utilizar la muerte de varios israelíes en esos ataques para reanudar sus lazos diplomáticos con el régimen israelí.