Alwaght- Los acontecimientos en Siria no han ocurrido tal y como deseaba Erdogan pues hicieron que Ankara esté más aislada a nivel regional e internacional. La tregua en Siria, que recibió el aval de dos potencias mundiales, es decir Rusia y EEUU, está en contra de los intereses de Turquía. El control del 15 % del territorio sirio está en manos del Partido de Unión Democrática (PYD), una agrupación que Turquía considera terrorista mientras recibe apoyo de EEUU y Rusia. Este apoyo podría crear retos en las fronteras sureñas de Turquía. Tras el derribo del bombardero ruso, las relaciones entre Moscú y Ankara han llegado a su nivel más bajo y a veces han experimentado una escalada verbal entre los mandatarios de los dos países.
Turquía ha perdido, por un lado, su papel clave en los acontecimientos de Siria y, por otro, enfrenta las sanciones económicas impuestas por Rusia. Turquía se acercó al régimen israelí, después de unos años de distanciamiento para contar con el respaldo de este régimen. Sin embargo, Netanyahu prefería mejorar las relaciones con Putin. Cuando Erdogan protestó en contra del apoyo de la Casa Blanca a los kurdos sirios, Obama minimizó estas quejas. Por su parte, la Unión Europea (UE) otorgó dos concesiones a Turquía y se abstuvo de expresar su pleno respaldo a Turquía ante Rusia. La primera concesión fue un apoyo financiero por acoger a refugiados y, la segunda, fue cerrar los ojos ante la represión turca contra los medios y los críticos.
Por otro lado, Arabia Saudí no tiene suficiente influencia en las negociaciones sirias. Por estos motivos, Erdogan adoptó dos medidas que indican que su gobierno ha suavizado su política exterior. La primera fue la visita sorpresa del primer ministro turco a Irán. Hay que tener en cuenta que el viaje del canciller iraní a Turquía fue cancelado hace siete meses por parte de Ankara. En aquel entonces, Erdogan actuaba en el marco de sus objetivos ambiciosos y no pensaba que el balance del poder en Siria se cambiaría a favor del gobierno de Damasco y los kurdos. La presencia del primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, en Irán y su reunión con el presidente iraní, Hasan Rohani, así como el comunicado conjunto de ambas partes, en el que se insistía en la necesidad de proteger la integridad territorial de Siria, transmitía el mensaje que Turquía estaba preocupada ante la posibilidad de la creación de un zona autónoma kurda en sus fronteras.
La petición de Turquía a Irán es que ambos países mantengan una postura común en contra de la creación de una región autónoma kurda en Siria. La propuesta de Rusia para crear un gobierno federal, ha recibido la oposición del jefe de la delegación de los opositores sirios en las negociaciones de Ginebra, Riad Hiyab. Turquía espera que Irán ejerza el papel de mediador para aliviar la tensión entre Moscú y Ankara. La segunda medida de Turquía fue pedir disculpas a Rusia por el derribo de su caza. Esta misión fue encomendada al comandante de la Fuerza Aérea de Turquía. Pedir disculpas de manera oficial fue una de las condiciones de Rusia para mejorar las relaciones con Turquía. Según el periódico Today Zaman, el presidente ruso, Vladimir Putin, mantuvo una conversación telefónica con su homólogo de Kazajistán, quien ha mostrado su intención de desempeñar el papel de mediador entre Ankara y Moscú. En esta conversación, Putin señaló que Turquía debería dar el primer paso para mejorar las relaciones. Es posible que Rusia no acepte las disculpas de Turquía, por no ser oficiales. En cualquier caso, el hecho de que Turquía pida disculpas muestra que se ha retirado en parte de su política agresiva. No obstante, no parece que Turquía suavice sus posturas respecto a los asuntos internos tal y como se observa en la política exterior. El fracaso de Erdogan en la política exterior hace que el presidente intensifique la represión contra los opositores en el país.