Alwaght- El viaje del primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, a Irán ha llamado la atención de los medios de comunicación mundiales que de inmediato han centrado sus análisis en este asunto. Este viaje no sería tan importante para los medios, si las relaciones entre ambos países fueran normales y la región no viviera conflictos y crisis.
Para estudiar los motivos que han tornado sensibles las relaciones Teherán-Ankara, a pesar de los crecientes vínculos comerciales y cooperaciones económicas entre ambos países, hay que revisar las relaciones bilaterales después de la llegada al poder del gobernante Partido de Justicia y Desarrollo (AKP, por sus siglas en turco). En los primeros años de gobierno del AKP, las relaciones entre ambos Estados se extendieron en diversos terrenos tanto que el valor de intercambios pasó de un mil millones de dólares en 2002 a unos 22 mil millones de dólares en 2012, gracias que el partido turco adoptó una política de tensión cero con sus vecinos.
Pero tras el inicio de los levantamientos populares en Oriente Medio y norte de África en 2011, el AKP se alejó de esta política e intentó liderar esas revueltas y en algunos casos como en Siria trata de intervenir militarmente; poco a poco, el cambio de ese enfoque tuvo efectos negativos sobre sus relaciones con Irán y Siria y, de hecho, vio caer su crecimiento económico. Turquía perdió el mercado de Siria y su posición sufrió en parte daños con respecto a Irán. Mientras tanto las transacciones comerciales de 15 mil millones de dólares entre Irán y Turquía el año pasado muestran que ambos países están interesados en mantener esos intercambios y no quieren que sus relaciones y cooperaciones queden eclipsadas por las discrepancias políticas.
Sin embargo, si Turquía retoma la política de tensión cero con los vecinos y pone fin a su afán de injerir en los asuntos de los países vecinos, especialmente en Siria, los intercambios comerciales y económicos subirán otra vez y hasta podrían batir récords anteriores y alcanzar el techo de 30 mil millones de dólares fijado por ambas naciones.
A pesar de que mantener y aumentar las interacciones comerciales y económicas entre ambos países es importante y beneficia a las partes, el enfoque intervencionista de Turquía, es más importante entre los requisitos políticos y de seguridad de ambos Estados, especialmente los intereses del mundo del Islam.
Trascurridos casi cinco años de la crisis siria, se ha especificado que ese conflicto no ha beneficiado a ninguna parte en la región y el mundo, excepto al régimen sionista, y solamente han pagado el costo de la crisis. Lo más importante es que las consecuencias de la crisis siria se han extendido a otros países como Turquía que también está preocupada por la presencia de los kurdos en ese país. Asimismo, al ejecutar planes con miras a desintegrar Irak y Siria, Turquía también ha sufrido los efectos de ese proyecto. Por lo tanto, se puede decir que las consecuencias transfronterizas de la amarga experiencia de la guerra en Siria dejan claro a Turquía la importancia de revisar su enfoque intervencionista, ya que puede allanar el terreno para aumentar las relaciones y cooperaciones multilaterales con Teherán, así como restablecer su relación con Rusia y Siria con la mediación de Irán.
Por lo tanto, si el viaje del primer ministro turco se realiza con la intención de retomar la política de tensión cero con los vecinos, especialmente Siria, tendrá consecuencias y logros muy positivos para ambos países y la región. Al considerar la historia de las relaciones entre Irán y Turquía, este viaje también es un logro y puede ser el inicio de nuevas relaciones entre ambos Estados.