Alwaght- Tras más de 300 días desde el inicio de la agresión saudí contra Yemen, el régimen de Al Saud sigue con sus incesantes ataques aéreos contra el pueblo yemení y no ha cesado el lanzamiento de bombas prohibidas internacionalmente. Ni la comunidad internacional adoptó medidas para detener esta ofensiva.
A pesar de todo esto las fuerzas saudíes y sus aliados no han logrado sus objetivos en el país árabe, hasta incluso no podemos considerar la ocupación de las ciudades de Taiz y Al Yauwf, una victoria para el régimen Al Saud por las siguientes razones:
1. Las fuerzas saudíes, por sí mismo, no lograron avanzar en su lucha contra el Ejército y las fuerzas yemeníes hasta que el régimen Al Saud se vio obligado a contratar mercenarios de otros países y fue así cuando consiguió hacerse con el control de las ciudades de Taiz, y Al Yauwf. En este sentido Arabia Saudí contó con el apoyo de los mercenarios sudaneses, somalíes.
2. La ocupación de dos localidades no se considera una victoria para las fuerzas de la coalición liderada por Arabia Saudí, mientras que se quedan las estratégicas ciudades yemeníes en las manos de los combatientes del movimiento popular Ansarolá.
3. Arabia Saudí para ocupar a tales ciudades contó con el apoyo logístico de los Estados Unidos, tal y como había reconocido el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, que Washington no retirará su apoyo a Arabia Saudí en la guerra que libra contra Yemen, en una rueda de prensa conjunta con su homólogo saudí, Adel al-Yubeir, en Riad, la capital del reino árabe.
4. El régimen saudí debe reconocer que su control sobre Taiz y Al Yawf no es una victoria sobre el terreno, siempre y cuando la capital,Saná, esté en las manos de Ansarolá, y siempre y cuando el régimen de Riad no logré materializar sus objetivos mediante su agresión contra Yemen, lo único que consigue es un espejismo de victoria. Después de que el régimen Al Saud no logró ocupar la ciudad capitalina de Saná, inició una política cuyo fin es sembrar discordia entre las facciones yemeníes para demoler la armonía entre estos partidos para debilitar el frente de resistencia contra la agresión. Con estas medidas el régimen saudí no logrará debilitar la unificación las tribales yemeníes, ya que todas las tribus de Saná han expresado su lealtad a Ansarolá.
Lo que no entiende Arabia Saudí es el costo de la guerra en Yemen que está en constante aumento, ya que está perdiendo muchos de sus soldados diariamente, a diferencia de los primeros días de la agresión, que era entonces un tiempo limitado en los ataques aéreos, y esto significa que Arabia Saudí está esperando días más peligrosas de los que han pasado y cuando Riad decide poner fin a la agresión, se encontrará frente al gran tamaño de las pérdidas sin ningún logro notable.