Alwaght- Las relaciones entre Irán y Arabia Saudí entraron en una nueva etapa después de la ejecución del alto clérigo chií Nimr Baqer al-Nimr por el régimen de Al Saud. Muchos creen que las raíces de estas tensiones, más allá de la ejecución de Al-Nimr, están en los cambios en la política de Arabia Saudí con la llegada al trono del rey Salman bin Abdulaziz Al Saud. Estas tensiones han dado lugar a un nuevo aventurismo e injerencismo saudí en la región. Debido a la importancia de este tema junto con otros acontecimientos internacionales como la implementación del acuerdo nuclear entre Irán y el Grupo 5+1, hemos realizado una entrevista con Hasan Kazemi Qomi, el exembajador iraní en Irak.
Alwaght: ¿Cómo evalúa usted la política exterior de Arabia Saudí bajo el liderazgo del rey Salman?
HKQ: Tras la muerte del rey Abdolá bin Abdulaziz Al Saud, hemos visto un cambio básico en las actitudes de las autoridades saudíes tanto a nivel nacional como regional e internacional y sobre todo hacia la República Islámica de Irán, de una manera que el régimen saudí ha cruzado muchas líneas rojas definidas entre los dos países. En el caso de Yemen, los saudíes apoyaron a un régimen no reconocido por el pueblo yemení, una actitud que dio inicio a una guerra contra este país. Además, Arabia Saudí ha ampliado sus apoyos a los grupos terroristas en la región. Por otra parte, el fortalecimiento de las relaciones del régimen de Riad con Israel es otra consecuencia del caso y los conflictos en el Oriente Medio. Las políticas de Arabia Saudí contra Irán, Yemen, Siria e Irak forman parte de un plan diseñado por Estados Unidos para abrir un frente contra la resistencia en la región, en el que además de los saudíes participan Turquía, Catar y Jordania.
Alwaght: ¿Qué consecuencias han tenido estas políticas para la región?
HKQ: Las políticas de Arabia Saudí y sus aliados en la región han causado que ahora todos los países del Oriente Medio estén ocupados en la lucha contra el terrorismo y olviden la causa palestina y la ocupación israelí. Actualmente, el Oriente Medio se encuentra bajo la seria amenaza de desintegración, algo que solo favorece a los intereses de Israel y EEUU. Es muy peligroso que el grupo terrorista Daesh ocupe Mosul (norte de Irak) y avance hacia Bagdad y proclame un califato. Puesto que el califato autoproclamado de Daesh abarca las regiones como el norte de África, el sur de Europa y hasta Irán y sus vecinos orientales. El primer ministro de Israel reveló que desea la desintegración de la región cuando manifestó su apoyo a la independencia de Kurdistán en Irak.
Alwaght: ¿Qué países son los principales responsables de la desestabilidad en la región?
HKQ: El triángulo Israel, Estados Unidos y los regímenes reaccionarios árabes crearon a Daesh y después formaron una coalición bajo la excusa de luchar contra este grupo terroristas para promover sus propios objetivos. Esta alianza intentará emplear a Daesh con otros nombres y en otras partes del mundo a favor de sus intereses, y por otro lado, para no dejar que la opinión pública regional y mundial considere a Irán como el líder de la lucha contra el terrorismo, ellos mismos entrarán seriamente en la guerra contra Daesh e incluso podría ser que impliquen a Turquía en la lucha contra el grupo takfirí. En este caso, Turquía sería la parte más perjudicada ya que enfrentaría una seria reacción por parte de los terroristas.
Actualmente, los estadounidenses aprovechan el caos en la región en el marco de sus intereses definidos en 2003 que consiste en garantizar la seguridad del régimen israelí. Para alcanzar su objetivo, EEUU comenzó a invadir los países de la región y cambiar los regímenes de los países como Irak. Hoy en día, busca lograr su meta creando caos en la zona y hacer que los ejércitos de los países islámicos se involucren en la lucha contra el terrorismo ya que así el mundo islámico se aleja de la causa palestina y la seguridad de Israel será garantizada.
Alwaght: ¿Cuál sería el papel y los objetivos de los saudíes?
HKQ: Estados Unidos y el sionismo están detrás de las medidas tomadas por Al Saud contra las naciones y los países de la región, sobre todo la República Islámica de Irán. Su objetivo es implicar a Irán en un conflicto político con Arabia Saudí para acabar con el papel del país persa como líder de la lucha antiterrorista. Su meta final en esta guerra subsidiaria es alimentar el conflicto religioso entre los suníes y los chiíes creando un frente de guerra entre el eje de la Resistencia e Irán por un lado y Arabia Saudí por otro.
Alwaght: ¿Los saudíes entrarán en una guerra directa con Irán?
HKQ: Yo creo que los saudíes no pueden entrar en una guerra directa con Irán porque se trata de una guerra terrestre y no aérea. Los saudíes no comparten frontera con nosotros. Ellos tampoco cuentan con fuerzas terrestres. Además, los Al Saud está implicados en tres conflictos, el de Yemen, el de Baréin y el conflicto interno. Aunque Riad ha reprimido a los opositores dentro del país, pero no puede continuar así. En mi opinión, el conflicto interno se agudizará y los saudíes no pueden luchar al mismo tiempo en varios frentes. Sin embargo, no se puede descartar la posibilidad de que el régimen sin experiencia, malvado y mercenario saudí lance misiles contra Irán si le provocan otros países que buscan implicar a Irán en una guerra con Arabia Saudí. En este conflicto, los estadounidenses no solo no serán perjudicados sino también serán beneficiados. Estados Unidos no necesita del petróleo de la región y solo busca desestabilizar la seguridad de su rival, China, que está previsto que se convierta en la primera potencia económica mundial en 2020.