"Mi pensamiento se dirige en este momento a los numerosos migrantes cubanos en dificultad en América Central, muchos de los cuales son víctimas de tráfico de seres humanos. Invito a los países de la región a redoblar con generosidad todos los esfuerzos necesarios para encontrar una solución rápida a este drama humanitario", declaró el sumo pontífice del Vaticano.
La crisis migratoria se inició a mediados de noviembre, cuando Nicaragua cerró las fronteras a los cubanos, lo que provocó que entre 5.000 y 7.000 migrantes quedaran atrapados en Costa Rica.
El gobierno costarricense se vio forzado a su vez este mes a cerrar las fronteras al flujo de cubanos, ante las proporciones del problema y la negativa de otros países de la región a recibir a los migrantes.
Una cumbre de presidentes centroamericanos celebrada el 19 de diciembre en San salvador concluyó sin encontrar salida a la crisis.
El gobierno nicaragüense responsabiliza al gobierno estadounidense por la crisis desatada en Centroamérica y exigió a Washington a resolver el problema.