1.Un plan cien por cien estadounidense: De hecho, la coalición saudí es liderada por EEUU, ya que el secretario del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, anunció que la coalición saudí se formó tras las demandas de Washington para la participación de más países suníes. Además, el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, John Kirby, subrayó que esta coalición es en el marco de las políticas estadounidenses en la región y también el presidente norteamericano, Barack Obama, pidió a sus aliados árabes que enviaran sus fuerzas terrestres a Irak y Siria bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo. Entonces, podemos decir que la coalición saudí se formó después de los fracasos de los terroristas en Irak y Siria.
2. Un plan en el sentido de los objetivos separatistas: el objetivo de la formación de la nueva coalición saudí es la división religiosa de la región a base del acuerdo Sykes-Picot. El Acuerdo Sykes-Picot, firmado el 16 de mayo de 1916, fue un acuerdo secreto entre Gran Bretaña y Francia para dividir al Imperio Otomano. En aquel tiempo los países árabes como Arabia Saudí ayudaban a los países occidentales en realizar sus objetivos. En la actualidad también, EEUU trata de dividir los países regionales a través de los mismos países. El envío de las fuerzas terrestres estadounidenses a la región, la presencia de las fuerzas turcas en Mosul, la ciudad iraquí, y la coalición saudí demuestran estos objetivos separatistas.
El exembajador estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), John Bolton, dijo que, según este plan, tres grupos gobernarán en Irak: 1) un gobierno suní en las ciudades ocupadas por el grupo terrorista Daesh, 2) un gobierno chií en el sur, 3) un gobierno kurdo en el norte.
3. La aventura del régimen saudí haciendo el papel de gendarme en la región: en realidad, la coalición saudí no busca luchar contra el terrorismo, porque los saudíes, al principio, hablaron con otros países sobre establecer un “centro contra el terrorismo”, pero después declararon que intentaban formar una “coalición militar islámica” con 34 países. Esta deshonestidad del régimen de Al Saud provocó que la mayoría de los países reaccionaran al respecto, por ejemplo Indonesia, como un país sunita, anunció que no quería unirse a una alianza militar.
Además, anteriormente, cuando Arabia Saudí formó una coalición contra Yemen, sin permiso de otros países, la llamó “coalición árabe”, pero la mayoría de los países árabes, como Egipto, no se unió a esta coalición. Tambien, cabe mencionar que los saudíes han alegado que “la comunidad internacional” legitima las operaciones militares de la coalición saudí en Siria e Irak mientras que no han invitado a los mismos países árabes a participar en esta llamada coalición antiterrorista. Durante los últimos meses, el régimen de Al Saud ha atacado muchas veces a Yemen y ha asesinado a muchos ciudadanos inocentes, entonces ¿cómo alega que quiere luchar contra el terrorismo? Eso muestra que los saudíes no han podido realizar sus objetivos en Yemen y Siria, por eso intentan realizarlos de otras maneras.
La creación de la coalición saudí es otra señal de las políticas injerencistas de Riad, que quiere desempeñar el papel de gendarme de la región. Es una aventura peligrosa para los Al Saud entrar en una nueva guerra mientras no ha terminado otra iniciada anteriormente. Además, EEUU y sus aliados árabes que no pudieron alcanzar sus objetivos en la lucha contra los terroristas quieren encubrir su fracaso con tales medidas propagandísticas. Los ejercicios militares aéreos de EEUU e Israel y algunos países árabes como Arabia Saudí se realizó en el mismo marco. Por otro lado, no se sabe cómo será financiada la coalición liderada por Riad mientras el precio del petróleo ha caído drásticamente.
4. Salvar a terroristas: Tras el fracaso de la estrategia de Riad de utilizar a terroristas para derrocar a Al-Asad debido al desempeño exitosos de la coalición entre Rusia, Irán, Siria e Irak, parece que Riad busca intervenir directamente en Irak y Siria con el fin de allanar el terreno para desintegrar esos países, tal y como quiere EEUU.
5. Limpiar la imagen del padrino del terrorismo: Uno de los objetivos de la creación de esa coalición es limpiar la imagen empañada de Riad como el padrino del terrorismo. Tras los atentados en París, crecieron las presiones sobre Arabia Saudí como el origen del terrorismo que ahora atraviesa Europa. Por eso la creación de esa coalición busca distraer las atenciones sobre el apoyo de Riad al terrorismo.
6. Una respuesta a las presiones del Occidente: En las últimas semanas, las autoridades occidentales presionaron a Arabia Saudí por su deficiente desempeño en la lucha contra Daesh. Dos motivos hay detrás de esas presiones: 1. EEUU y otros países occidentales están bajo presión de la opinión pública por su desempeño en la lucha contra Daesh. 2. Quieren emplear las capacidades de los países de la región para alcanzar sus metas. Washington no quiere enviar sus fuerzas en la lucha contra Daesh y busca involucrar a las fuerzas árabes en sus aventuras. Como el Comité Militar del Congreso de EEUU anunció, Washington planea unir a cien mil fuerzas terrestres árabes.
7. Un plan para satisfacer a EEUU: Estados Unidos califica al príncipe heredero saudí Mohamad bin Nayef de héroe en la lucha contra Daesh. Esta postura significa que Washington prefiere que Bin Nayef asuma el poder en Arabia Saudí. En los medios estadounidenses y en los informes de los servicios de inteligencia de Alemania se habla de Mohamad Bin Salman como un muchacho que está poniendo en peligro a su país. Entonces, creando esa coalición, Mohamad bin Salman quiere probar que es más fuerte que Mohamad bin Nayef.
8. Obtener concesiones en los diálogos: Washington y Riad buscan mostrar que tales medidas han conllevado a resultados positivos y así recibir concesiones en las negociaciones sobre Siria y Yemen. Por un lado el Ejército sirio sigue ganando terreno ante los terroristas y por otro los yemeníes han asestado recientemente duros golpes a Riad, lo que ha preocupado mucho a su aliado clave, EEUU. Washington teme que Arabia Saudí pierda más terreno ante los combatientes yemeníes.