Las protestas pacíficas fueron celebradas en las ciudades norteñas de Kano, Kastina y Sokoto, donde expresaron su solidaridad con Ibrahim al-Zakzaky, un prominente clérigo chií en la ciudad de Zaria (norte de Nigeria), detenido por los soldados nigerianos.
Los participantes además pidieron, en un comunicado, la liberación del destacado clérigo y otros detenidos, y condenaron la matanza de aproximadamente 1000 fieles durante tres días (del 12 al 14 de diciembre), exigiendo el enjuiciamiento de los responsables de la tragedia.
Abdul Hamid Bello, quien lideró la marcha en Kano, leyó un comunicado en el cual indicó que los manifestantes lamentan las muertes y la detención de su líder así como el enjuiciamiento de los autores del suceso.
El pasado 12 de diciembre, las fuerzas militares nigerianas acabaron con la vida de varios musulmanes chiíes en Zaria, cuando participaban en el funeral de una serie de personas que habían muerto en un ataque del grupo terrorista Boko Haram en la aldea de Kamuya, en el estado de Borno (noreste).
Un día después de ese ataque, los soldados nigerianos irrumpieron en la residencia de Ibrahim al-Zakzaky y mataron a varios de sus seguidores, entre ellos su hijo y su esposa, y a él lo detuvieron.
En un acto de violencia más reciente, el Ejército nigeriano destruyó con una excavadora la tumba de la madre de Al-Zakzaky, informó el jueves la Comisión Islámica de Derechos Humanos (IHRC, por sus siglas en inglés).