Hay que discutir cuál es el origen del poder de Daesh que le ha posibilitado tomar el control de grandes partes en Irak y Siria. Pero hay una pregunta más importante: ¿Por qué Daesh no ha sido erradicado a pesar de que las potencias regionales e internacionales luchan contra este grupo? Además de las fuerzas iraquíes y sirias, los combatientes kurdos están combatiendo a este grupo y han logrado recuperar el control de varias zonas. Por otro lado, desde el inicio de la crisis, Irán ha estado defendiendo sus fronteras y las regiones estratégicas en esos dos países. Turquía y Arabia Saudí se han unido también a la coalición liderada por EEUU. Rusia, a su vez, está atacando las posiciones de Daesh.
Tras los atentados terroristas en París, Francia, el Reino Unido y Alemania se han sumado, asimismo, a la coalición anti-Daesh. Entonces surge la pregunta: ¿No basta el poderío militar de tantos países para eliminar un grupo terrorista que como máximo tiene 80 mil militantes? Para responder, debemos tener en cuenta cuatro factores claves.
1. Ideología
La mayor parte del poderío de Daesh tiene sus orígenes en las ideologías del grupo, basada en pensamientos salafíes mezclados con la violencia contra los extranjeros que uno de sus ejes es creer en un “salvador” del mundo. Esta creencia incita a un miembro de Daesh a luchar.
Un terrorista de Daesh se hace explotar fácilmente porque cree que será compensado con el paraíso. Eso otorga a los miembros de Daesh un poder destructivo que favorece mucho al grupo en el campo de batalla. Daesh, aprovechándose de la tecnología, atrae a nuevos miembros. De este modo, siempre cuenta con nuevos integrantes.
2. Medidas destinadas a eludir la coalición internacional
La resistencia de Daesh ante la lucha internacional en su contra indica que este grupo ha podido recuperar bien su estructura atrayendo nuevos miembros, vendiendo petróleo y dotándose con nuevas armas. Los documentos revelados por Rusia sobre la compra del crudo de Daesh por parte de Turquía muestran que esta banda ha tomado algunas medidas para recuperar sus fuentes financieras.
3. Los intereses contradictorios de los que luchan contra Daesh
Los países implicados en la lucha contra Daesh no comparten intereses en común. La coalición de los países occidentales, Turquía y Arabia Saudí tienen divergencias con Irán, Rusia, Irak y Hezbolá, sobre el futuro de Siria. También hay diferencias entre los miembros de las coaliciones anti-Daesh. Por ejemplo, los turcos se oponen a que EEUU entregue armamento a los kurdos. La falta de coordinación entre los integrantes de la coalición impide que se ejerza una presión eficiente sobre Daesh. También, los incidentes como el derribo del caza ruso por parte de Turquía y el despliegue de las fuerzas turcas en el norte de Irak ha perturbado la atmósfera de las cooperaciones entre los países aliados contra Daesh.
4. La Guerra de guerrillas, el punto de fuerza de Daesh
Aunque Daesh se presenta como un Estado islámico, está muy lejos de los factores del sistema gobierno-nación. Uno de los motivos de la debilidad de las coaliciones anti-Daesh es que no saben a qué sistema se han enfrentado.
Cuando EEUU atacó Afganistán e Irak sabía a dónde y a quién estaba atacando. Estaba claro cuáles eran los bastiones importantes de su enemigo, pero la lucha contra Daesh es diferente. Esta lucha va más allá de una guerra de guerrillas. EEUU tuvo una amarga experiencia en Vietnam. Por eso, ni EEUU ni otros países de la coalición han enviado fuerzas terrestres a Siria e Irak. De tomar esta medida, implicaría a la coalición en una guerra prolongada. Por otro lado, además de las fuerzas iraquíes y sirias, los combatientes kurdos e iraníes han entrado en una guerra de guerrillas contra Daesh y han logrado avances en el terreno. Los kurdos han recuperado las zonas perdidas e Irán ha impedido el avance de Daesh hacia las fronteras del país persa. Las ofensivas aéreas de la coalición podrían ser eficaces pero no podrían tener la eficiencia de los enfrentamientos sobre el terreno.
También, los ataque suicidas de Daesh asestarán duros golpes a las tropas de la coalición si estas se desplieguen en Irak y Siria. Por eso, entrar en una guerra de guerrillas junto a las incursiones aéreas parece un mejor método para afrontar a Daesh. Es necesaria la unidad entre las fuerzas regionales y las internacionales en la lucha contra este grupo extremista. Hay que unir a las fuerzas terrestres iraníes, kurdos, iraquíes y sirias por un lado y coordinar los ataques aéreos de Rusia, EEUU y los países europeos contra Daesh por otro. Esos países deben dejar de lado sus diferencias para luego resolverlas a través de diálogos, después de derrotar a Daesh.