Mientras la invasión saudí contra Yemen, impulsada por Mohamad Bin
Salman, príncipe heredero adjunto saudí y ministro de Defensa de Arabia
Saudí, no ha logrado sus propósitos, los medios de comunicación pro Al
Saud han desplegado todos sus esfuerzos para presentar al príncipe saudí
como un héroe que está repeliendo las amenazas de Ansarolá en el sur
del país. No obstante, a juicio de los analistas, el fracaso de las
políticas del régimen de Riad en Yemen no sólo ha desacreditado a
Mohamad Bin Salman, sino que ha intensificado las críticas en su contra.
Por otra parte, desde hace varios meses vienen comunicándose
informes respecto al papel que desempeña el régimen de Riad en
patrocinar el Wahabismo y los grupos terroristas, lo que ha provocado la
preocupación de las autoridades de Occidente.
Ante esta situación, Mohamad Bin Salman anunció personalmente la
formación de una nueva alianza militar liderada por Arabia Saudí durante
una rueda de prensa mantenida en Riad. Su objetivo: presentarse como un
nuevo héroe en la lucha contra el terrorismo y ganarse la confianza del
Occidente.
La formación de esta coalición, según los analistas, no es más que
una medida propagandística, pues la intervención del Ejército saudí en
Yemen ha puesto de manifiesto sus debilidades a nivel de jefatura y en
concreto en lo referente a las capacidades militares.
Por su parte, los activistas y supervisores cuestionan el papel del
régimen de Riad en la divulgación del Wahabismo, pues una de sus
consecuencias ha sido el surgimiento de grupos terroristas como Al-Qaeda
y Daesh.
Por otra parte, otros analistas creen que mediante la formación de
esta coalición, Arabia Saudí busca afrontar la influencia de Irán no
sólo dentro de la región, sino más allá del Oriente Medio.
La nueva coalición internacional estará integrada por Arabia Saudí,
Emiratos Árabes Unidos (EAU), Catar, Kuwait, Baréin, Yemen, Turquía,
Jordania, El Líbano, Palestina, Libia, Egipto, Túnez, Marruecos,
Mauritania, Somalia, Yibuti, Nigeria, Níger, Malí, Chad, Benín, Togo,
Gabón, Guinea, Sudán, Senegal, Sierra Leona, Costa de Marfil, Comoras,
Maldivas, Malasia, Bangladés y Paquistán.
El régimen de Arabia Saudí encabeza esta coalición mientras está
involucrado directamente en el deterioro de la seguridad de Irak y
Siria.
En noviembre, el representante permanente de Siria ante las
Naciones Unidas, Bashar al-Yafari, describió a Arabia Saudí como la
principal arteria que proporciona el "elixir de la vida" al terrorismo.
Además, el escritor y periodista estadounidense Geraldo Rivera ha
asegurado que Arabia Saudí es el principal patrocinador del terrorismo
alrededor del mundo y lo ha culpado de haber orquestado los atentados
del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
En octubre, el miembro de la Comisión de Defensa de la Asamblea
Nacional de Francia Nicolás Dhuicq acusó a Arabia Saudí y a Catar de
financiar al grupo terrorista EIIL en Siria e Irak para recuperar su
influencia en el Oriente Medio.
La nueva coalición militar aun baraja la posibilidad de enviar
fuerzas terrestres a Siria bajo el pretexto de combatir a las bandas
takfiríes.
“Nada está fuera de la mesa. Todavía mantenemos consultas para
enviar nuestras fuerzas terrestres y las de otros países del Golfo
(Pérsico) a Siria”, señaló el martes el canciller saudí, Adel al-Yubeir,
al ser preguntado sobre si la iniciativa podría incluir el despliegue
de tropas sobre el terreno.