Alwaght- Convertirse en un terrorista es una decisión irracional que se toma intencionalmente para cometer actos terroristas. Pero hay una cuestión: Ser terrorista, por un lado, pone en peligro la vida de la persona, y por otro, no hay garantías de que siempre paguen a un terrorista. Sin embargo, ¿por qué a pesar de esos problemas algunas personas prefieren optar por ser terroristas?
Algunos teóricos como John Horgan consideran un proceso para convertirse en un terrorista. En su libro la Psicología del Terrorismo, Horgan dice que este proceso incluye tres fases: Convertirse en terrorista, seguir siendo un terrorista y por fin alejarse del terrorismo. Horgan cree que nadie decide de repente ser un terrorista. El teórico habla de un largo proceso que hace posible que una persona tenga tendencias para cometer actos criminales.
Para entender la primera fase se debe tener en cuenta dos elementos: el factor estimulante y la vulnerabilidad. El factor estimulante es una tendencia o necesidad psicológica que incita a la persona hacer algo. Se puede decir que los terroristas tienen al menos 4 tipos de intenciones para llevar a cabo sus actos: La oportunidad de actuar, la necesidad de sentirse suspendido, llegar a una buena posición social y ganarse la vida. Por otro lado, la vulnerabilidad consiste en la rendición de una persona ante las tentaciones o las razones que le convencen de unirse a los terroristas.
Los parientes de Aqsi Mahmud, una mujer que se unió a Daesh, explicaron en una entrevista que su hija recibía un montón de mensaje de los miembros femeninos de Daesh y por eso comenzó a sentirse que pertenecía psicológicamente a este grupo. Otra persona identificada como Mehdi Qamush, pasó siete años entre las rejas en Francia y luego se unió a grupos terroristas.
Aunque no sabemos mucho sobre la vida del líder de Daesh, Abu Bakr al-Bagdadi, hay informes que indican que él fue educado bajo las ideologías extremistas en Bagdad y que fue encarcelado entre los años 2004 y 2006. Cuando Salió de la prisión y le dijo a un soldado estadounidense que “nos veremos en Washington”, nadie tomó en serio sus palabras. La educación bajo las ideologías extremistas, convivir con personas radicales en la cárcel y acompañar a los talibanes en Afganistán, quizá hubieran formado parte del largo proceso que experimentó esta persona para convertirse en un terrorista.
Por otra parte, un gran número de los líderes de Daesh son exoficiales militares del régimen del exdictador iraquí Saddam Husein que tenían fama de cometer crímenes. Algunos de ellos, como Abu Aiman Iraqui y Abu Omar Qardash eran exoficiales de la guardia nacional de Saddam que había convivido varios años entre las rejas. A lo mejor su propósito de unirse a Daesh haya sido el volver a tener una alta posición social.
Durante los últimos cinco años, los gobiernos han enfrentado a grupos terroristas que tienen características comunes en su estructura, pero utilizan métodos diferentes para lograr sus objetivos. El conocimiento de todos los aspectos psicológicos del terrorismo es imposible debido a que las formas del terrorismo están cambiando. Pero hay que elogiar los intentos de Horgan para plantear tales asuntos sobre el terrorismo. Horgan pone en duda las causas que normalmente se mencionan como orígenes del terrorismo. Por ejemplo se refiere a la desigualdad social y dice que tal vez este elemento sea uno de los motivo para que una persona se convierta en terrorista, pero eso solo es la causa principal.
John Jihadi, el verdugo más famoso de Daesh, en su mensaje enviado a The Washington Post y The Guardian, recordó a Londres como una gran prisión, aunque había vivido durante años en esa ciudad. La imagen que se muestra de un terrorista le presenta como una persona muy motivada por un profundo compromiso. Detrás de esta imagen se esconde una gran realidad: Las intenciones para convertirse en un terrorista son diversas ya que hay diferentes grupos terroristas. Además, esas intenciones podrían cambiar en el futuro.
De hecho, los que tienen tendencias terroristas han sufrido circunstancias difíciles y han vivido bajo las ideologías extremistas durante un largo tiempo. Por eso Horgan emplea la palabra “proceso”. El teórico estima que la lucha contra el terrorismo debe comenzar en esta fase, es decir, prevenir la entrada de un individuo en el mundo del terrorismo. Las personas se unan a Daesh por razones que a veces son importantes y a veces no y elementos que presionan al individuo o le atraen. Las razones principales pueden ser: la desesperación, el sentirse aislado y sentirse un mártir. Pero existen otros motivos como el aventurismo, la excitación, la amistad, etc.
El punto clave no es solo estudiar las razones que una persona tiene para sumarse a grupos terroristas. Hay que averiguar cómo lo hacen y cuáles son las estrategias de los grupos terroristas para atraer a las personas. Se trata de diferentes métodos, ya sea convencer a los individuos de que combatan y de que se defiendan a sí mismos o a los demás ya sea convenciéndolos de que de sumarse a esos grupos van a dejar de ser despreciados.
El proceso para atraer a las personas para que se unan a grupos terroristas depende de la época en la que se vive y es variable. Quizá este proceso actualmente es muy diferente al de años anteriores. Incluso los terroristas que desertan y se alejan de los grupos en los que combatían no pueden aclarar por qué se convirtieron en terroristas. Horgan pone en tela de juicio las anteriores definiciones sobre el terrorismo y señala que no se debe considerar locos a los terroristas. Ellos fueron personas normales que durante un largo proceso decidieron pertenecer a grupos terroristas.