Alwaght- Por primera vez en la historia de Argentina, los ciudadanos del país latinoamericano deben elegir a su nuevo presidente en la segunda vuelta de los comicios.
Este domingo ninguno de los seis candidatos pudieron obtener el 45% de los votos o al menos el 40% con una diferencia de diez puntos sobre el segundo más votado. Así, el próximo 22 de noviembre Argentina elegirá su futuro en balotaje.
Sin embargo, los resultados de la jornada electoral alertaron a los oficialistas ya que según resultados el candidato del Frente Para Victoria, Daniel Scioli, obtuvo 36,86 por ciento de los votos mientras el candidato de la alianza opositora Cambiemos, Mauricio Macri, quien logró recoger 34,33 por ciento de los votos, una diferencia de casi dos puntos porcentuales. Mientras en tercer lugar se quedó Sergio Massa, de la UNA, con 21,34 por ciento de los sufragios.
Los resultados indican que el voto del oficialismo tuvo una baja casi dos por ciento en comparación de las Primeras Abiertas Simultaneas Argentinas, conocidas como PASO, celebradas en 9 de agosto, mientras la alianza Cambiemos pudo crecer casi tres puntos porcentuales desde entonces. Estos resultados son los más ajustados en la última década de la política argentina.
En este caso hay que mencionar algunos puntos:
1. Scioli reaccionó casi muy inactivo ante las declaraciones de su opositor Macri quien intentó recientemente captar los votos de los peronistas de la derecha, mientras Scioli intentó no entrar en los debates electorales para criticar las propuestas de ajuste de la oposición, o sea, un poco de la inactividad de Scioli, especialmente después de la PASO, provocó esta situación. Parece que los sondeos y las encuestas han tenido un rol significativo en inducir a Scioli este sentimiento triunfador ya que la mayoría de las encuestadoras indicaban que el oficialista ganaba en la primera vuelta.
2. El cambio de tono, promesas de Macri y su conducta en cuanto a los peronistas fue la razón del creciente de popularidad del opositor, ya que en sus discursos, Marci declaró que de ser presidente, aplicaría algunas políticas sociales del gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Sin embargo hay factores que dan ventaja a Scioli para ganar las elecciones en la segunda ronda.
1. El papel de la presidenta actual Cristina Fernández de Kirchner. El candidato oficialista Scioli obtuvo el 37 por ciento de los votos en estos comicios, y Cristina Fernández, tiene el 50 por ciento de aceptación de su gestión. Este porcentaje de 13 puntos puede definir la segunda vuelta de la elección si Fernández toma un papel más preponderante para ganar votos en favor de su partidario.
2. La distribución de los votos del tercer candidato, Sergio Massa. Massa es un peronista aunque no es kirchnerista, pero en su campaña electoral siempre criticó fuertemente las políticas de Macri. Hay que recordar que en Argentina siempre ha habido una guerra entre los conservadores y los peronistas. Sin embargo no hay que olvidar que una parte de los discursos de Massa fue la política de seguridad, por ejemplo la de las fronteras, y de allí hay un voto que podría ir hacia el conservadurismo de Mauricio Macri.
Parece que como dijo Scioli después de conocer los datos oficiales, la elección del 22 de noviembre es mucho más que una contienda entre Cambiemos y el FPV sino que tiene que ver con qué país quieren los argentinos, un país con las políticas neoliberales que presenta Macri que quiere el Estado para Mercado o las políticas de un gobierno que tenga más atenciones a los sectores sociales, como educación y salud.
En cuanto a las políticas regionales, las elecciones argentinas también serían afectadas si fuera elegido Macri. El empresario conservador ha anunciado en sus campañas que de ser elegido su política exterior giraría hacia dos centros, Washington y Bruselas. Aún declaró que pagaría todas las deudas a los fondos buitres y disolvería la Secretaria de Asuntos de Malvinas.
Hay que esperar hasta el 22 de noviembre para ver los argentinos eligen un cambio radical como quiere Macri o insisten en preservar sus derechos sociales.