Para responder a estas preguntas se puede resumir los siguientes puntos:
1 – Los bombardeos tanto del régimen saudí como los del régimen de Tel Aviv fueron concentrados contra objetivos no militares en Gaza y Yemen, con el fin de infligir el máximo daño y víctimas entre los pueblos yemeníes y palestinos, además de destruir su infraestructura para desanimar a los combatientes defensores de estos dos pueblos y obligarlos a rendirse ante la voluntad del régimen israelí y la del régimen Al Saud.
2 – Estas dos ofensivas ilegales recibieron tanto apoyo regional como internacional, además países aliados al régimen israelí participaron en tales ataques, en particular países como los Estados Unidos y el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Turquía, Jordania, Egipto, Marruecos y los Estados del Golfo Pérsico, excepto Omán. Sin embargo otros países como Pakistán que había mostrado su disposición en participar en la coalición dirigida por Arabia Saudí contra Yemen, se retiró ya que su parlamento rechazó que su país tome parte en la ofensiva saudí contra Yemen.
3 - La debilidad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) para condenar tales ataques o cesarlas y su falta de responsabilidad hacia los pueblos yemeníes y palestinos, mediante la ignorancia los crímenes saudíes e israelíes en estos dos países, es otra similitud entre estas dos ofensivas ilegales.
4 – Estas dos ofensivas fueron llevados a cabo contra el eje de la Resistencia en el Oriente Medio y sus países que las apoyan, sobre todo la República Islámica de Irán y Siria, dos países que están enfrentando el proyecto israelí-estadounidense, destinada a generar caos en la región.
5 – Otra similitud es la violación de las leyes y normas internacionales que fueron llevadas a cabo tanto por las fuerzas de Arabia Saudí como las fuerzas israelíes cuando apuntan contra los civiles desarmados en Yemen y la Franja de Gaza. Además sus políticas racistas, entre ellas la imposición de asedio contra los pueblos palestinos e yemeníes es otro ejemplo.
6 – Además durante estas dos ofensivas se registraron en el mundo entero protestas populares para condenar las agresiones israelíes y saudíes, que exigieron el cese inmediato de estas barbaridades y llevar a los autores de estos crímenes ante los tribunales internacionales.
7 – Utilizar a los medios occidentales para justificar estas agresiones y los crimines que están llevando a cabo Arabia Saudí y el régimen israelí en estos dos países, así como tratar de culpar a los defensores de los pueblos yemeníes y palestinos y, en particular, el movimiento popular yemení Ansarolá y el Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (HAMAS) y la Yihad Islámica en la ocupada Palestina.
8 - La coordinación y la cooperación integral entre Arabia saudí y el régimen israelí para librar la agresión a los pueblos yemeníes y palestinos. Hay muchos documentos y pruebas que muestran la naturaleza de esta cooperación, incluyendo el envío de la entidad israelí, aviones de combate modernos expertos militares (F-16), para apoyar al ejército saudí en su agresión contra Yemen, además los satélites espías israelíes entregan información sobre las posiciones de los combatientes del movimiento popular yemení Ansarolá a Arabia Saudí.
Por su parte, muchos medios de comunicación occidentales confirmaron que Arabia Saudí ha dado luz verde a la entidad israelí para que inicie la reciente ofensiva en la Franja de Gaza, como indica el escritor británico Davia Hearst a través de un artículo publicado en el sitio, Huffington Post, titulado "ataque de Israel contra Gaza ha sido llevado a cabo por un orden de la familia real saudí".
El sobrino del ex rey saudí Abdulá, el príncipe Turki, ha sido la cara pública de este acercamiento, que se apreció por primera vez cuando los saudíes publicaron un libro de un académico israelí. El príncipe fue a Bruselas para reunirse con el general Amos Yadlin, el ex jefe de la inteligencia acusado por un tribunal turco a causa del papel que desempeñó en el ataque al Mavi Marmara para coordinar la ofensiva israelí contra el enclave costero.
Y hay una pregunta que es: ¿Por qué son similares las agresiones del régimen israelí contra Gaza y la del régimen saudí contra Yemen y cuál es el mensaje que Riad y Tel Aviv que pretenden enviar mediante sus ataques en estos dos países.
Para responder a esta pregunta tenemos que considerar que el principal objetivo y el mensaje que quieren mandar estos dos regímenes es que quieren doblegar a los pueblos yemeníes y palestinos para que acepten lo que dictan y hacerlos vivir bajo sus órdenes en vez de vivir con libertad, orgullo y la dignidad, siempre y cuando mantuvieron firmes y apoyan la resistencia contra el proyecto sionista-estadounidense en la región y en particular cuando tratan lograr su independencia y liberación de un régimen ocupante.
Sin embargo responder a la siguiente pregunta es muy difícil ya que si la brutal agresión del régimen israelí contra los palestinos es justificada que los palestinos son musulmanes y no son judíos, y ahora ¿cuál es la justificación de Arabia Saudí para atacar al pueblo musulmán yemení, considerando eso que el régimen de Arabia Saudí siempre alega defender a los pueblos islámicos y que cada año millones de los musulmanes viajan a los territorios saudíes para realizar Hach (gran peregrinación a La Meca).
Arabia Saudí no siente vergüenza de cometer atroces contra el pueblo yemení y cómo puede justificar la muerte de los yemeníes con los misiles estadounidenses y armas israelíes que el régimen de Riad ha gastado millones de dólares para conseguirlos, mediante utilizar los fondos de los musulmanes que este régimen ha logrado a través de la exportación del petróleo del pueblo saudí.
La respuesta a estas preguntas no es difícil sino que es simple, para eso tenemos que considerar que la creación del régimen saudí forma parte del proyecto estadounidense-sionista, denominado el ‘nuevo Oriente Medio’, en la región que buscan dividir los países del Oriente Medio, y apoyar a los grupos terroristas para matar a los pueblos de la región y saquear sus recursos naturales.