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Alwaght- El primer ministro izquierdista de Grecia, Alexis Tsipras, tras darse por vencido ante las presiones del Occidente, en medio de protestas de sus compañeros de partido por aceptar las condiciones de los acreedores europeos y, especialmente por no haber podido cumplir con las promesas electorales, se vio obligado a dimitir a su cargo.

 Luego de su renuncia pidió al presidente heleno, Prokopis Pavlopulos, que según la Constitución del país, establezca un Gobierno interino y después celebre un nuevo proceso electoral.

El Gobierno de Alexis Tsipras que hace siete meses logró el voto popular bajo el lema “fin a la austeridad”, al no cristalizar sus promesas y verse obligado a aceptar “los programas de austeridad de la Unión Europea (UE)”, se enfrentó a las duras críticas de sus compañeros en la gobernante coalición de izquierdas Syriza. De acuerdo con los informes divulgados, 45 miembros de este partido votaron en el Parlamento en contra del tercer acuerdo de rescate financiero con los acreedores lo que para el premier significó prácticamente la pérdida de la mayoría absoluta del Parlamento.

Al final, Tsipras se dirigió al palacio presidencial de Atenas y tras informar la renuncia de su gabinete al presidente convocó elecciones anticipadas.

“Siento el hondo deber moral de someterme al juicio del pueblo, para saber su opinión sobre los logros y errores que he cometido, y convoco nuevas elecciones tempranas. Dentro de poco voy a ofrecer la renuncia de mi persona y mi gabinete al presidente” heleno, adelantó el premier en la rueda de prensa celebrada antes de su dimisión.

Elecciones anticipadas

 Según la Constitución griega, el primer ministro no tiene permiso de disolver el Parlamento ya que todavía no ha pasado un año de la formación del nuevo Gobierno. El premier debe explicar al presidente las razones de su decisión para celebrar nuevas elecciones y es el presidente quien prepara todo lo necesario para formar otro Gobierno. En este caso, el país tiene que celebrar elecciones anticipadas ya que el número total de los diputados helenos no es suficiente para crear un nuevo gabinete.

Fecha de elecciones y posibles rivales

Probablemente, las elecciones anticipadas se celebrarán el 20 de septiembre y Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas, será el rival de  Tsipras en estas elecciones. Si el dimitido premier no obtiene la mayoría de votos, será inevitable la formación de un gobierno de coalición en Grecia.

¿Causará una brecha en Syriza la renuncia del primer ministro?

 Después de la dimisión de Tsipras, el partido Syriza se enfrentó a una ruptura pues 25 de sus miembros, que son abogados y diputados en el Parlamento, abandonaron la formación, así que es posible que un nuevo partido se forme en este país. Según algunas fuentes, el nuevo partido se denominaría Alianza Nacional de Grecia y Panagiotis Lafazanis, exministro de Energía, liderará la nueva fracción. También, antes de esta separación, algunos diputados de Syriza no apoyaron a Tsipras sobre el caso del nuevo rescate de la UE.

La actual popularidad del gobernante partido

El partido de Tsipras obtuvo 149 de 300 escaños del Parlamento en las elecciones parlamentarias del pasado enero y la fracción conservadora Nueva Democracia consiguió 76 escaños. Según las encuestas, Syriza todavía disfruta de mucha popularidad a pesar de la crisis económica y probablemente obtendrá la mayoría absoluta de nuevo. De acuerdo con las mismas encuestas, la gente de Grecia cree que la renuncia del primer ministro solo causa más inestabilidad en Grecia.

Las raíces de la crisis griega

En 2009, la crisis financiera de Grecia se hizo más grave y hasta ahora ningún gobierno ha podido mejorar la situación actual de este país. Según algunos economistas, las políticas económicas incorrectas y el ingreso pronto de este país débil en los mercados mundiales son las razones de los problemas de Grecia. Además, la corrupción económica, la actuación incorrecta de los bancos y la salida de capitales han intensificado esta situación. Estos asuntos y los planes de la UE para Grecia, incluyendo el aumento de impuestos —como el modelo económico neoliberal de Occidente— y la reducción de los salarios, hicieron estallar las protestas violentas en este país.

Es evidente que la crisis en Grecia, además de las dichas razones, proviene de la crisis mundial, que hace 7 años comenzó en EEUU y se extendió a Europa y también ha afectado a toda la economía global. Asimismo, los diferentes sistemas económicos de los países débiles del este de Europa y su integración en la economía de la UE son otras razones importantes en la persistencia de la crisis económica en el país heleno.

En enero de 2015, el partido Syriza, liderado por Alexis Tsipras, ganó las elecciones legislativas con la promesa de renegociar el plan de rescate económico y poner fin a las políticas de austeridad. De hecho, este triunfo fue una reacción a las políticas de los últimos 5 años en Grecia, que causaron la reducción en un 25 por ciento del producto interior bruto (PIB) y un cuarto del pueblo griego quedó desempleado. El pueblo de Grecia apoyó al partido Syriza para poner fin a las políticas de austeridad económica, pero este país, a pesar de los planes de la UE, todavía vive en medio de la crisis económica.

Además del fracaso del Gobierno de Grecia en cumplir con sus promesas para mejorar las condiciones de vida de los griegos y luchar contra la corrupción económica, otros factores también tuvieron que ver con la dimisión de Tsipras, entre ellos, los esfuerzos de la UE para implementar el modelo económico de países como Alemania en Grecia, a pesar de las diferencias entre la economía griega y la de los países de Europa occidental. Sin duda, las infraestructuras de Grecia no están preparadas para unirse a una unión económica con Europa occidental. Por otra parte, las potencias del oeste de Europa no estaban contentas con la tendencia de Tsipras y sus buenos ojos hacia el oriente. Las visitas de miembros del partido de Syriza a Moscú, Teherán y Pekín también recibieron las críticas de los líderes de la UE. Estos viajes que supuestamente tenían como objetivo recibir ayudas económicas causaron la desconfianza de los europeos en la fidelidad de Grecia. Por otra parte, tanto los gobiernos como los ciudadanos de los países de Europa occidental se oponen a la llegada al poder de partidos izquierdistas.

Parece que las potencias del oeste de Europa mantendrán la presión sobre Grecia hasta garantizar los beneficios que quieren alcanzar a cambio de los rescates dados a Atenas.

La OTAN en Georgia y los enfoques regionales de Moscú

El Centro Conjunto de Entrenamiento y Evaluación OTAN-Georgia dio inicio a sus actividades hace menos de una semana, tras el suceso de agosto de 2008 cuando la maquinaria de guerra de Georgia quedó desactivada en una invasión desigual e ilegal de cinco días de las tropas rusas. A raíz de esta guerra relámpago, Moscú y Tiflis rompieron sus relaciones diplomáticas.     

Moscú, con el falso pretexto de la intervención militar de Georgia en Osetia del Sur —una región perteneciente a Georgia— estalló tal guerra y, además de separar las regiones de Osetia del Sur y Abjasia del territorio georgiano y ofrecer su apoyo a la independencia de estas dos zonas, provocó un gran número de daños materiales y humanos al país caucásico.  

La guerra de Rusia contra Georgia tuvo lugar mientras que el Gobierno de Tiflis, con el fin de preservar la integridad territorial y enfrentar a los separatistas de Osetia del Sur y Abjasia, efectuó una acción militar. Rusia no debería haber intervenido en este asunto puesto que era un asunto interno de Georgia.    

Mientras que el Gobierno de Kremlin, después de varias décadas de la disolución de la Unión Soviética, aún sigue luchando contra los separatistas de Chechenia, Daguestán e Ingushetia, no escatima el derecho del uso de fuerza del Gobierno y pueblo de Georgia.

Moscú, que sueña con resucitar la Unión Soviética, utiliza su fuerza militar para preservar su influencia en las zonas de su alrededor que después de la disolución de la antigua Unión Soviética fueron conocidas como países independientes y formaron parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).  

Brindar apoyo a Armenia sobre el caso de Karabaj y otras ciudades de Azerbaiyán que formaban un 20 % del territorio azerbaiyano, ayudar a la región de Dnister en Moldavia, anexionarse la península ucraniana de Crimea, enviar fuerzas militares a las regiones orientales de Ucrania y trasladar equipamientos militares y alimentos para los separatistas que entre unos seis millones de los rusos residen en tales zonas, estimuladas por Rusia a luchar contra el Gobierno central de Ucrania, forman parte de la política rusa para preservar su influencia en la región.

Si bien, Rusia, durante los últimos dos años, acusada de haber llevado a cabo una intervención militar en Ucrania y adherir a Crimea a territorio ruso fue objeto de sanciones por parte de EEUU y otros países de Occidente, incluida la Unión Europea; restricciones que provocaron grandes daños económicos al país euroasiático, empero  la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no actuó con prisa para aceptar la membresía de Georgia y mantuvo cooperaciones cautelosas con el país caucásico. La inauguración del establecimiento militar de la Alianza del Atlántico Norte en vecino meridional de Rusia con el que estuvo en guerra en 2008, es considerada la acción más grande de la OTAN en cuanto a colaboraciones con Georgia.

Si bien las políticas intervencionistas de Rusia en la región provocaron el aumento de los costos para el pueblo de este país, el sufrimiento por las sanciones, la perdida de oportunidades, el aumento de la desconfianza internacional respecto a las políticas de Kremlin y el enfrentamiento a un desafío serio en las relaciones internacionales, no han hecho cambiar a las autoridades rusas que siguen aplicando sus políticas negativas. Esto tiene lugar mientras que Rusia si aplicara políticas positivas en la región y desarrollara interacciones constructivas con los países de tal zona e Irán podría proveerse de manera preponderante sus intereses, asimismo podría impedir que el Occidente intervenga en sus asuntos internos.

Parece que, Moscú, con la aplicación de sus políticas en Oriente Medio y en complicidad con Occidente, busca disminuir las sanciones y asimismo aminorar la atención de Estados Unidos y el Occidente respecto a las políticas intervencionistas que pone en marcha sobre sus países vecinos. Es poco probable que tales tentativas rusas tengan un horizonte claro, especialmente cuando Washington en reiteradas ocasiones ha calificado a Rusia como la mayor amenaza del mundo después de Daesh.