Según declaraciones de un oficial de alto rango de la policía de Mosul, quien habló el sábado bajo condición de anonimato, 15 de los ejecutados estaban acusados de abandonar el campo de batalla, mientras que otros cinco perdieron la vida por haber tratado de matar a Abu Mayid al-Afri, el gobernador de los takfiríes en Mosul.
A su juicio, los elementos de la banda armada han perdido su moral debido a falta de popularidad entre los ciudadanos del país árabe y también por las discrepancias internas de Daesh.
Hace casi dos meses, el grupo terrorista ejecutó a su más alto responsable de la ciudad iraquí de Mosul, Abu Usman al-Hasan, luego de que otros altos responsables del grupo takfirí le acusaran de intento de traicionar a este grupo takfirí.
Recientemente los takfiríes muestran más señales de divergencias en su seno, con consecuentes ejecuciones entre sus miembros.
A principios del pasado junio, los residentes de Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, protagonizaron una marcha contra los crímenes que comete Daesh en su país.
Tan solo durante el pasado julio, más de 1300 personas han perdido la vida por los atentados y demás incidentes violentos registrados en Irak, mayoritariamente perpetrados por Daesh, según un balance de la misión de Naciones Unidas en el país árabe.