Durante los últimos días, el movimiento Ansarolá y las fuerzas populares salieron de la ciudad yemení de Ataq, la capital de la provincia de Shabwa, lo que se considera el primer paso para romper el asedio del sur de Yemen y de todo el país, cercado durante cinco meses. Las fuentes saudíes han alegado que la salida de las fuerzas de Ansarolá de las regiones del sur de Yemen muestra los avances de las fuerzas leales al presidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi, incluso, la cadena catarí de noticias Al-Jazeera ha usado la frase "liberación de Shabwa" en sus informes sobre este asunto. Pero, según fuentes fidedignas, la retirada de los revolucionarios de la provincia de Shabwa se realizó en el marco de un acuerdo político entre las partes yemeníes y con la presencia de enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Yemen, Ismail Ould Cheij Ahmad.
En virtud de este acuerdo de 10 puntos alcanzado en Mascate, se levantará el asedio de Yemen y si las partes yemeníes cumplen con sus compromisos, los revolucionarios saldrán de otras provincias del sur del país como Lahij, Ibb y Hajjah. A cambio, las contrapartes reconocerán que Ansarolá tenga el control de Saná y otras provincias del norte de Yemen. Según este acuerdo yemení-yemení, los comités populares de Yemen y Ansarolá, que han controlado las regiones del sur del país durante los últimos cinco meses, se han retirado de la provincia de Shabwa y su capital, Ataq, que está situada a unos 458 kilómetros de Saná. Después de la retirada de los revolucionarios, las fuerzas del sur de Yemen tomarán el poder en las regiones del sur y se llenará el vacío del poder en estas zonas. El gobernador de Shabwa, que recientemente ha sido nombrado por el Comité Supremo Revolucionario, junto a Awad bin Fariz, el comandante de Shabwa, y Naser al-Nawba, uno de los líderes separatistas del sur del país, gobierna esta provincia. Sin embargo, los últimos días, fuentes noticieras informaron que después de la salida de las fuerzas populares de Ataq y otras ciudades, algunas fuentes locales informaron de actos terroristas y la presencia de algunos miembros del grupo terrorista Al-Qaeda en estas regiones.
Además, algunas de las instituciones gubernamentales y el mercado de la telefonía móvil fueron atacados y saqueados. Este acuerdo yemení-yemení está en contra de los objetivos saudíes y no desarma al movimiento chií de los hutíes. Contrario a las insistencias del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG, integrado por países ribereños del Golfo Pérsico) y Arabia Saudí, los líderes de Ansarolá dicen que Mansur Hadi no tendrá ningún papel en la estructura del poder de Yemen. Ali Hashem al-Houthi, un miembro del Consejo Político de Ansarolá, subrayó en la necesidad de una solución política para resolver la crisis de su país y dijo: "Mansur Hadi, el presidente fugitivo yemení, no tendrá ningún papel en el futuro del país árabe." Según algunas fuentes, Ismail Ould Cheij Ahmad informó a Riad sobre el acuerdo entre las partes yemeníes en Mascate a Riad, pero los saudíes, hasta ahora, no han declarado su postura al respecto.
Los puntos del posible acuerdo
Según fuentes bien informadas, han avanzado las negociaciones políticas vigentes en Mascate entre Ansarolá y el representante de las Naciones Unidas para resolver la crisis en Yemen. Hace algunos días, algunas agencias de noticias han publicado los diez puntos del acuerdo de Mascate. La agencia Al-Mayadeen ha accedido a una copia del acuerdo, según el cual, Ansarolá ha declarado su disposición a dar un enfoque positivo a las resoluciones del Consejo de Seguridad, entre ellas, la resolución 2216 y, a cambio, ha demandado el alto el fuego permanente en Yemen. Los diez puntos publicado por Al-Akhbar son:
• Establecer un alto el fuego permanente entre todas las partes y la retirada de todos los grupos y milicianos de las ciudades, así como poner fin al bloqueo por tierra, mar y aire del país.
• Ejercer los puntos del acuerdo bajo una supervisión imparcial.
• Respetar los derechos humanos, entre ellos, proteger a los civiles y liberar a los presos de todas las partes involucradas.
• Reanudar rápidamente las negociaciones entre las facciones yemeníes con la mediación de las Naciones Unidas.
• Formar un plan nacional para hacer frente a los grupos terroristas con el apoyo de la comunidad internacional.
• Llegar a un acuerdo sobre un mecanismo para establecer la seguridad en las fronteras entre Arabia saudí y Yemen.
• Poner fin a las preocupaciones legales de Arabia Saudí y Yemen para que cada uno se comprometa a no intervenir en los asuntos internos del otro.
• Pedir el compromiso de la comunidad internacional y regional para eliminar las preocupaciones creadas debido a las consecuencias de la guerra en Yemen y también su apoyo a la reconstrucción completa de este país.
• Pedir compromiso de las partes para la entrega de armas pesadas al gobierno basado en diálogos integrales nacionales.
Posibles conflictos debido al vacío de poder
A pesar de este acuerdo, una fuente yemení ha dicho a Al-Mayadeen que el proceso de negociaciones se estancó por una falta de Riad ya que Arabia Saudí no colaboró con el representante especial de las Naciones Unidas y causó el fracaso de su viaje a la capital de Omán. Algunos observadores pronostican que después de la salida de los revolucionarios, que formaban la mayor parte de las fuerzas en las provincias sureñas, es posible que se intensifiquen los conflictos entre las tres alas del poder en el sur, Al-Qaeda, el partido salafista Al-Islah y movimiento separatista Al Harak. El analista yemení Ismael Mathar Al-Shami, cree que Arabia Saudí ha aumentado su apoyo a los terroristas de Al-Qaeda y a las milicias partidarias de Mansur Hadi con el fin de seccionar la ciudad portuaria estratégica en el sur de Yemen.