Kerry, el primer jefe de la diplomacia estadounidense que viajó a la isla desde 1945, en la ceremonia de la apertura de la embajada tuvo un discurso, en el que aclaró casi explícitamente la intención de la administración del presidente estadounidense por acercamiento al gobierno cubano.
Pese a que el secretario de Estado de EEUU confesó a la derrota de las políticas aplicadas por los gobiernos estadounidenses en el pasado para aislar a Cuba, el eje de su discurso rondaba sobre derechos humanos en Cuba y las herramientas que el “mundo” puede aplicar para salir a los cubanos de esta situación.
Kerry pidió al gobierno cubano una “democracia auténtica” en el país vecino.
“Estamos convencidos de que los cubanos estarán mejor con una democracia auténtica en la que las personas son libres de elegir sus líderes con compromiso, justicia económica y social”, declaró Kerry.
También habló de la libertad del uso de internet para todos los ciudadanos cubanos asimismo el WiFi y los calificó como derechos principales del pueblo. También esperó que los cubanos puedan salir de su “aislamiento” y tengan contactos económicos y culturales con el “mundo exterior”.
Habló de la las restricciones y limitaciones del pueblo cubano, pero ninguna referencia hizo a las razones de esta limitaciones. Tampoco mencionó el responsable de esta situación en la que los cubanos se encuentran.
Pese a que expresó el deseo del gobierno estadounidense para quitar el más severo y duradero embargo económico de toda la historia contra un pueblo, Kerry tiró la pelota en la cancha del Congreso para levantar esta clara violación de los derechos de los cubanos.
El jefe de la diplomacia estadounidense tampoco no se atrevió a mencionar el territorio cubano usurpado por los estadounidenses en la Bahía de Guantánamo.
Es claro lo que busca EEUU en su relación con el gobierno cubano es debilitar el régimen castrista a través de una sublevación e insatisfacción popular. El blanco del discurso de Kerry fueron los jóvenes cubanos que no han vivido el tiempo duro tras la revolución de 1959 en las décadas posteriores. En este sentido a través de propagar la idea americana y estilo de la vida americana busca distanciarlos de los objetivos e ideologías antiimperialistas de este pueblo tan digno y héroe.
En otra parte, el gobierno del presidente Raúl Castro tiene una delicada y primordial papel para enfrentar estos planes.
En este sentido, el gobierno cubano no solo exigió el levantamiento del embargo económico y comercial y la devolución del territorio de Guantánamo, sino también exigió a la administración del gobierno de Barcak Obama no interferir en los asuntos internos cubanos.
La directora general de la Cancillería cubana para Estados Unidos, Josefina Vidal Ferreiro, declaró que la nación cubana está preparada para poner en marcha una nueva fase con EEUU, pero no cambiará su posición o postura política.
“Las decisiones de carácter interno no son negociables y nunca van a estar en una agenda de conversación con Estados Unidos para negociar”, reiteró Vidal.
Vidal aseguró que su país nunca cambiará "ni un milímetro" su posición y postura política para tratar de responder a las personas que no están a favor de ese bienestar entre las dos naciones.
Aún, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, dio un paso más allá de este tema y dijo que el gobierno cubano está preocupado por la situación de los derechos humanos en los EEUU, también está preocupado por la conducta racista y represión discriminatoria de la policía estadounidense con los afroamericanos.
Asimismo, el presidente Raúl Castro advirtió, meses anteriores, a los funcionarios de la embajada estadounidense sobre sus conductas y comportamientos sobre reunirse con los disidentes y opositores cubanos en la isla caribeña.
Con todo esto, parece que los cubanos han entrado en una etapa más delicada e importantes que la de pos revolución, que deben ser atentos para mantener las principales de su revolución.